sábado, 12 de marzo de 2011

Batalla de Mobroré

Por Alberto Umpiérrez

Un 11 de marzo de 1641 nacía la Banda Oriental como frontera entre el

Virreinato del Perú español y el Brasil portugués. Una fecha muy

importante que debería estar en el calendario de fechas patrias, más considerando

que Brasil implantó el 19 de Abril como su Día de la Nacionalidad y del

Ejército, en conmemoración de la batalla de Guararapes contra los ocupantes

holandeses de Pernambuco, ocurrida esa fecha del año 1648.



"Artículo 9º.- Que los siete Pueblos de Misiones (San Francisco Borja, San Luis Gonzaga, San Nicolás, San Lorenzo, San Miguel, San Juan Bautista y San Angel), los de Batoví, Santa Tecla, San Rafael y Tacuarembó que hoy ocupan injustamente los Portugueses y a su tiempo deben reclamarse, serán en todo tiempo territorio de esta Provincia."

José Artigas, Instrucciones del Año XIII



Batalla de Mbororé - 11 de marzo de 1641 - Día olvidado



A pedido del Gobernador de Asunción, Hernando Arias de Saavedra, por

Real Cédula de 1608 comenzaba la instalación de Misiones Jesuíticas en

la región del Guayrá (norte del actual Estado de Paraná, Brasil), en

las costas del río Paraná. Poco tiempo después comienzan a llegar las

bandeiras de Sao Paulo, procurando capturar indios para someterlos a la

esclavitud en las plantaciones.



Frente al recrudecimiento de las bandeiras, hacia el año 1632 se

produce el éxodo masivo de 12.000 guaraníes liderados por los jesuitas

hacia el sur, dejando la región del Guayrá prácticamente desierta. Los

emigrados se instalan Paraná abajo en las reducciones de San Ignacio

Miní y Loreto, extendiéndose luego en la región del Tape (noroeste del

actual Estado de Rio Grande do Sul, Brasil).



Considerando que las incursiones de los bandeirantes lejos de cesar

aumentaban su agresividad y frecuencia, en el año 1638 los Padres

Antonio Ruiz de Montoya y Francisco Díaz Taño viajaron a España con el

objetivo de dar cuenta al rey Felipe IV de lo que ocurría en las

Misiones y pedir un apoyo militar. Se obtiene del Rey la autorización

para que los guaraníes cristianos reciban entrenamiento militar con

armas de fuego, bajo la conducción y responsabilidad de los Padres

Jesuitas. Asimismo se gestionó y obtuvo del Papa Urbano VIII, la bula

del 22 de abril de 1639 donde se condenaba la caza y el trafico de

esclavos, fueren indios o negros, pues la señala como una privación de

la libertad, condenando a la pena de excomunión a los traficantes y

explotadores. Esta bula no solamente fue aplicada por los misioneros

jesuítas en América, sino que también en África predicaban en contra de

la esclavitud y su comercio.



A fines de ese mismo año 1638 se produce el primer enfrentamiento

armado entre guaraníes y bandeirantes, siendo derrotados estos últimos

en la reducción de Apóstoles de Caazapaguazú.



En 1640 comienza la rebelión portuguesa contra la Corona Española, que

culminaría en la obtención de la independencia del Reino de Portugal

bajo la dinastía de Bragança.



Los bandeirantes organizan en Sao Paulo la contraofensiva armando un

pequeño ejército con 450 mercenarios holandeses y portugueses, apoyados

por 2.700 indios tupíes. Por su parte los Misioneros organizan en su

defensa un ejército de 4.200 guaraníes con 300 arcabuces al mando del

cacique Nicolás Ñeenguirú, secundado por los capitanes Ignacio Abiarú,

Francisco Mbayroba y el cacique Arazay, y respaldado por los Padres

Jesuitas y 11 oficiales del ejército español enviados desde Buenos

Aires.



La batalla comenzó el 11 de marzo de 1641 en el arroyo Mbororé con

resultado favorable a los guaraníes. La persecución y masacre de los

portugueses y holandeses continuó hasta el 16 de marzo en la

desembocadura del río Tabay. Varios cientos de tupíes desertan y pasan

a engrosar las filas misioneras. Muy pocos sobrevivientes fueron

llegando a Sao Paulo en días sucesivos.



A partir de las batallas de Caazapa Guazú y Mbororé, las Misiones

jesuíticas guaraníes se convirtieron por decisión del Gobernador de

Buenos Aires en Milicia de frontera al servicio del Rey de España,

siendo sus habitantes exonerados del régimen de mita y reducidos sus

tributos a 1 peso anual. Estas milicias de guaraníes cristianos no

solamente fueron guardia de frontera contra los bandeirantes y contra

el ejército portugués, sino que también contribuyeron a mantener a raya

a los intereses de los encomenderos paraguayos y correntinos.

Participaron con una fuerza de 6.000 hombres en la represión de los

Comuneros de Asunción (Antequera), bajo el mando del Gobernador Bruno

Mauricio de Zabala, participaron también en la fundación de Montevideo

y en las varias guerras por el dominio de Colonia del Sacramento, en la

costa uruguaya.

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