martes, 24 de octubre de 2017

Acto en Homenaje al 115 aniversario del estreno de la "Marcha de San Lorenzo"

Nuestro Instituto de Investigaciones Históricas de Gral San Martín adhiere a la conmemoración del 115 aniversario de la Marcha de San Lorenzo. Y Comparte esta Invitación de la:

ASOCIACION MARCHA SAN LORENZO
        Y DEMAS CANCIONES PATRIÓTICAS
Tenemos el agrado de invitar a Ud al acto que en conmemoración del
           centésimo décimo quinto aniversario del estreno de la Marcha  San Lorenzo
se celebrará en:   
Carlos J. Benielli esq. Cayetano Silva
San Andrés
30 de Octubre de 2017
10.30 horas

martes, 17 de octubre de 2017

Conferencias sobre "El Populismo" y "El Pensamiento del Gral. Perón"

En la continuidad del Plan Anual de Esclarecimiento en el Conocimiento d Nuestro Pasado, el Instituto de investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas Organizó el dia Sábado 14 de Octubre de 2017, dos conferencias: una sobre "El Populismo" y la otra sobre "El Pensamiento del Gral. Perón". A la misma asistió numeroso público, entre ellos el Pte del HCD de Gral. San Martín Lic. Diego Perrella, el concejal Ramón Gómez y el histórico dirigente peronista Ale Fandi.  El Dr. Roberto de la Fuente explicó las características del llamado "Populismo" analizando sus orígenes y actualidad; posteriormente el Dr. Julio Otaño explicó las características del pensamiento del Gran Estadista del Siglo XX a través de sus escritos como "Actualización Doctrinaria para la Toma del Poder" y el "Modelo Argentino", también textos de "La Hora de los Pueblos", "Los vendepatrias" y "Conducción Política"



















jueves, 12 de octubre de 2017

Mesa Redonda en homenaje a Don Félix Ballester

La Junta de Estudios Históricos del Partido de Gral. San Martin realizó una Mesa Redonda  en homenaje a Don Félix Ballester, Primer Presidente de la Comisión de Vecinos del distrito.  El acto se realizó el Miércoles 11 de octubre a las 19 horas en el Auditorio de la Biblioteca Popular de Gral. San Martin, calle Matheu 3728, 2° piso de Gral. San Martin.                                
Integraron el panel  la Prof. Nora A. de Fasani, el  Tte  Cnel   Horacio Morales y los descendientes del homenajeado  Dra Amanda Ballester  y el  Ing. Carlos Alberto Ballester. Será ilustrado con imágenes y fotografías antiguas.
El Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas de Gral San Martín adhirio al mismo y participó con la presencia de tres integrantes: sus Vicepresidentes Horacio Morales y Carlos Barbera y el vocal Dr. Julio R. Otaño.





lunes, 2 de octubre de 2017

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA Segunda Parte

Por el Contador Daniel Jerez

El Rey José:

Una vez sofocados los levantamientos de Madrid del 2 de mayo de 1808, Napoleón Bonaparte decide terminar con toda resistencia en España, a la que quiere incluir en su imperio. 

Para ello dispone el ingreso de más tropas, y jefes militares como el general Pierre Dupont y el Mariscal Moncey.  Para disgusto de su cuñado el Mariscal Joaquin Murat (que quería quedarse en España), el Emperador decide enviarlo como Rey de Nápoles, posición a la que había destinado a su hermano mayor Giuseppe Bonaparte, a quien nombra entonces Rey José I de España.
Si bien la gran mayoría de los españoles repudiaban la intromisión francesa, un pequeño grupo, de nobles, artistas e intelectuales, en su mayoría liberales que admiraban la Revolución de 1789, reconocieron a José y se prestaron a una muy dudosa convocatoria y una constitución dictadas por los invasores, donde consideraban plasmadas sus ideas.  El pueblo rápidamente llamo “afrancesados” a estas personas, entre las que había hombres de valia.


Breve semblanza de Giuseppe, (José) Bonaparte:
La historia de los últimos tiempos ha cambiado la imagen despectiva que los españoles tuvieron durante años de este hombre.   Era el mayor de los hermanos Buonaparte,  estudio Leyes en Pisa (Toscana) y Napoleón a principios de 1806 lo designó rey de Nápoles.  De todos los hermanos fue el que menos se identificó con Francia.  Solía hablar en italiano y rodearse de gente de esa nacionalidad.
Las investigaciones históricas nos muestran a un hombre que en muchos aspectos era la antítesis de su temible hermano. Era por naturaleza cordial y bondadoso y deseaba sinceramente ser un buen gobernante.  Parece que no era bebedor y los famosos motes que le pusieron en España como “Pepe Botellas” o “Rey de Copas”, tenían más un interés político que verdadero.  Puede verse en la nota siguiente la opinión de don Benito Pérez Galdós sobre su persona.[i]

Aun con el respeto no exento de temor que se sentía por su hermano, le escribió estas acertadas palabras “Tengo por enemiga una nación de doce millones de habitantes, bravos y exasperados hasta el extremo… Todo lo que se hizo aquí el 2 de mayo es odioso; no se ha tenido ninguna de las consideraciones que se debían tener para este pueblo… No señor, estáis en un error. Vuestra gloria se hundirá en España.
Sin embargo, es digno de repudio la actitud de José (y de la mayoría de los jefes franceses) de rapiñar todo lo que pudieran cuando se fueron de la península, monedas, obras de arte, objetos sagrados, etc. 


Resistencia popular – Las Guerrillas:

La situación es única en la historia de España.  Las distintas regiones, e incluso ciudades, deciden formar Juntas que representan la voluntad popular.  Todas consideran, como la original de Mostoles, como objetivo principal expulsar al invasor francés.  Concurren miles de jóvenes a alistarse en el Ejército, y puede decirse que desde los mendigos hasta los nobles y obispos, y además mujeres y niños, se ponen en pie de guerra contra el invasor.  
Esta situación sorprende a los franceses, que hasta ahora habían invadido distintos países de Europa, contando con la indiferencia, e incluso la simpatía del pueblo.  En cambio en esta guerra percibían el odio profundo de los españoles.

Los hispanos formaron partidas irregulares, donde participaban todo tipo de hombres, para hostigar a los franceses; que comenzaron a ser llamadas “guerrillas” y sus componentes “guerrilleros” –nombre que iba a ser tan mencionado en el Siglo XX- .  Los guerrilleros, con la ventaja del conocimiento de la zona y la información que recibían de la gente del pueblo, efectuaban ataques relámpago a los franceses, muchas veces nocturnos, produciéndoles serias bajas, se apropiaban de armamento, equipos y caballadas.  Encolerizados, los invasores muchas veces dispusieron ejecuciones masivas, que en vez de amilanar a los españoles, aumentaron el odio hacia el francés.
Algunos jefes de guerrilla pasaron a la historia: Los Mina (tío y sobrino) en Navarra, el Cura Merino en Salamanca, y el más famoso de todos, Martin Diez llamado el Empecinado, en la zona del Duero cerca de Valladolid (este hombre se convirtió en una verdadera leyenda en vida).


Primeras acciones de guerra – Batalla de Bailen-

Napoleón había previsto que controlaría fácilmente a España sin comprometer en sus planes imperiales en el Centro y Este de Europa, y los primeros resultados le resultaron alentadores, logrando imponer a su hermano como Rey en Madrid.
Los franceses sitiaron las importantes ciudades de Gerona y Zaragoza, esperando su rápida caída y para su asombro, los habitantes se organizaron militarmente y resistieron.
Un intento del Mariscal Moncey de avanzar por el Levante, fracasa al ser derrotado en la Batalla de Valencia.

Como Andalucía estaba aún libre del dominio francés, hacia allí se dirigió un ejército invasor a cargo del General Dupont, quien ansiaba obtener el bastón de Mariscal, después de lo que suponía una fácil conquista.  Los españoles que debían enfrentarlo estaban al mando del General Francisco Castaño, quien contaba con dos militares extranjeros al servicio de España, el suizo Teodoro Redding y el francés (realista, enemigo de la Revolución de 1789) Antonio Malet, marqués de Coupigny.  Malet contaba entre sus hombres de mayor confianza a su ayudante de campo, el joven capitán, nacido en las Misiones de América del Sur, José Francisco de San Martin y Matorras.  En un encuentro previo a la batalla, en el pueblo de Arjonilla, San Martin había tenido una actuación muy destacada al frente de varios hombres, que derrotaron a otro destacamento francés más numeroso. Luego de la victoria de Bailen fue condecorado y ascendido.

Según los historiadores, Dupont comete varios errores.  Decide entrar en el pueblo de Bailen en la Sierra Morena (Provincia de Jaén) el 19 de julio de 1808, esperando la pronta llegada de refuerzos a cargo del general Vedel.  Pero el lugar ya estaba ocupado por las tropas de Redding, que resiste muy bien los ataques franceses.  Al avanzar el día, los franceses se ven atrapados en un valle y comienzan a ser superados al llegar refuerzos españoles.  Es un día de un calor abrasador y los españoles son provistos permanentemente de agua por mujeres y niños de la zona, pero los franceses comienzan a sufrir la sed y el calor, además comienzan a fallarle los cañones.   Viéndose perdido, ofrece su rendición.  Y así cerca de 17.000 soldados franceses deben entregar sus armas y ser tomados prisioneros.  Es la primera vez que un ejército napoleónico pasa por esa humillación.

El ejército de Castaños, reforzado por el armamento capturado y con más hombres que se iban incorporando avanza triunfador hacia Madrid.  Los franceses entran en la desesperación.  Levantan los fracasados sitios de Gerona y Zaragoza, y el Rey José huye de Madrid, hasta más allá del Ebro, preparándose para regresar a Francia.  Hay una retirada general de franceses y recuperada Madrid, se establece una Junta preparándose para gobernar en representación del prisionero rey Fernando VII.

Los españoles festejan pensando que habían logrado liberar su patria del invasor.  Pero lo peor estaba por llegar.
Al enterarse de estos hechos, Napoleón Bonaparte arde de ira.  En especial la rendición de Dupont, que era comentada en toda Europa.  Dupont es destituido y juzgado y en vez del bastón de Mariscal, está a un paso del pelotón de fusilamiento (que finalmente no se llevó a cabo)

Dispone hace cargo personalmente de la situación, poniéndose al frente de un poderoso ejército de más de doscientos mil hombres, y lleva a sus mejores jefes, los mariscales Ney, Soult, Lannes, Augerau, Victor, Verdier, De Marmont y otros, así como abundante armamento.

Los españoles, pese a su heroísmo, no pueden resistir esta superioridad. Los franceses retoman Madrid y otras ciudades.  Nuevamente Gerona y Zaragoza (protegidas por los generales Álvarez de Castro y Palafox, respectivamente) son sitiadas y pese a una resistencia heroica en la que participa toda la población –mujeres y niños incluido- se deben rendir en 1809, casi totalmente destruidas y diezmadas.

Napoleón se instala en Madrid y pese a reponer a su hermano como rey, planea quedarse durante un tiempo como “dictador” en España, y comienza a tomar una serie de medidas, muchas en contra de la Iglesia Española a la que considera su enemiga-.   No obstante ello, al poco tiempo debe regresar a hacerse cargo de una nueva rebelión en su contra en Austria, dejando como jefe militar al Mariscal Soult.

Los años 1809 a 1811, son los peores para España.  Los franceses logran ocupar todo su territorio y los españoles solo tienen en su poder la Isla de Leon, en Cadiz, donde son protegidos por la Armada británica.  Allí se establece el Consejo de Regencia y se iba a dictar la conocida Constitución de 1812.   En esos años, las fuerzas regulares hispanas se dispersan y solo actúan los guerrilleros.  No obstante, esta situación había trastocado los planes imperiales del Gran Corso, ya que llegó a haber hasta 300.000 franceses ocupando a España, que hubiera necesitado para el frente del Este.


Intervención de los ingleses, el General Wellesley:

Los ingleses estaban muy satisfechos con la situación en España, que les proveía de una base para ir minando el poderío napoleónico.  Por ello concentraron su accionar en el territorio de su aliado Portugal, que se encontraba acéfalo ya que sus soberanos y ministros habían sido trasladados (por los mismos ingleses) al Brasil, por lo que en la práctica era un protectorado británico, que lo ocupaban resistiendo con suerte variable a los intentos de dominio francés.
En 1809 el Rey de Inglaterra envía un importante ejército al mando del General Arthur Wellesley, futuro duque de Wellington, quien se hace fuerte en Lisboa y va a dar comienzo a la que los ingleses denominan “Peninsular War”.

Breve semblanza de Arthur Wellesley: 
Este hombre de armas, había nacido en Irlanda, pero era de origen inglés, de una familia dsitinguida.  Veterano de las guerras de la India, era considerado un muy buen jefe militar.  Su personalidad era típicamente inglesa, frio y distante con sus inferiores, sus órdenes eran cortantes y muy rara vez se permitía algún gesto de amistad.  Planificaba cuidadosamente las batallas y las dirigía con serenidad.  Prefería manejarse con prudencia, no siendo amigo de proezas heroicas o intuiciones geniales, como a veces hacia Bonaparte.  Los ingleses lo consideran su más grande militar, comparándolo justamente con el gran Corso, lo cual para muchos historiadores es exagerado.

No obstante demuestra ser un magnifico organizador, preparando la defensa de Lisboa y derrotando en todos sus encuentros a los franceses, dirigidos por mariscales exitosos como Massena, Soult, De Marmont y otros.  Tiene como segundo al General Beresford (el Invasor de Buenos Aires de 1806, derrotado por Liniers).   Se propone entrenar militarmente a muchos portugueses ansiosos de incorporarse a sus filas, y los ingleses logran hacer de ellos buenos soldados (contra la primera opinión poco favorable que tenían de los lusitanos).

Ya en 1811 está en condiciones de entrar en España para combatir a los franceses. Las autoridades de Cadiz ordenan a los generales españoles ponerse a las órdenes de Wellesley.  Esto genera cierto desagrado en los más veteranos como el general Cuesta, ya que Gran Bretaña había sido el enemigo ancestral de España.

No obstante, se forma el ejército aliado (anglo-luso-español) que iba a obtener importantes victorias a las órdenes de Wellesley.

Los primeros encuentros tienen lugar en Extremadura, lindante con Portugal.  Allí se libró en mayo de 1811 la importante batalla de La Albuera, los aliados fueron comandados por el inglés Beresford, y los españoles Castaños y Blake. Los franceses por Soult. La batalla fue sangrienta pero los historiadores consideran mediocre el desempeño de Beresford que estuvo a punto de caer en una trampa que le tendió Soult.  Coinciden en que el jefe aliado clave que evito la derrota fue el cubano José Pascual de Zayas, quien no pudo perseguir a los franceses por la abundante niebla.  Esta batalla es la última que libra en España el Teniente Coronel San Martin, quien luego se dirigió a Londres.

A principios de 1812 la situación cambia para bien de los españoles.  Bonaparte prepara la invasión a Rusia que le insumirá un gran esfuerzo y para ello retira gran parte de soldados y armamentos de España.

Los aliados siguen en su marcha hacia el este y en Los Arapiles, cerca de Salamanca, obtuvieron en julio de 1812 una valiosa victoria contra el Mariscal De Marmont.

Ante este resultado Wellesley decide avanzar hacia Madrid, lo que provoca la segunda huida del rey José, esta vez hacia Valencia, controlada por los franceses. 

A su llegada a Madrid, el general inglés es aclamado por el pueblo que lo ve como un libertador y el consejo de Regencia lo colma de títulos: “Duque de Ciudad Rodrigo” “Grande de España”.  A continuación decide desalojar a los franceses de la ciudad de Burgos donde tenían una plaza fuerte, pero es rechazado.

Wellesley observa que su posición en Madrid no es muy segura, ya que cerca hay importantes contingentes franceses y haciendo gala de su típica prudencia decide retirarse hasta Ciudad Rodrigo.

 Imagen relacionada
Fin de la Invasión – Consecuencias:

Ya a fines de 1812 la famosa buena estrella de Napoleon Bonaparte se apaga.  Como es bien sabido, la campaña de Rusia fue un tremendo error estratégico, en la retirada en el invierno ruso, hostigados por contingentes de cosacos y sin alimentos, mueren cientos de miles de franceses y aliados. Se pierde toda la caballada y casi todo el armamento y equipos.  
La voluntad asombrosa de Bonaparte le hace concebir nuevos planes de fortalecerse en Prusia y muchos jóvenes franceses son llamados a las filas, pero ya España para él es una prioridad de segundo orden.

En 1813 nuevamente Wellington se pone en movimiento hacia Madrid, y esta vez José huye en forma definitiva.  Por toda España recrudecen los ataques de guerrilleros y se rearman ejércitos regulares y los franceses comienzan a retirarse seguros de que no van a poder recibir más refuerzos. 

Tiene lugar un hecho vergonzoso pero común en casi todas las guerras.  Los jefes franceses ya solo piensan en una cosa: ver que pueden saquear antes de irse de España.  No solo los tesoros de las ciudades, sino los objetos sagrados de las iglesias, cuadros, estatuas, muebles, etc. son cargados en carros para llevárselos a Francia.

Mientras José huye, a la altura de Vitoria (en el país vasco), ve acercarse a los contingentes aliados, y le aconsejan que deje sus carruajes con objetos saqueados y lo acompañan varios jinetes en buenos caballos para poder regresar a Francia.  En esa ciudad tiene lugar una batalla y los franceses, al mando de Soult, ya con poca voluntad de pelear, son derrotados por Wellington y sus aliados.  

Los ingleses se abalanzan sobre el botín robado que abandonan los franceses, lo que provoca la ira del general inglés.

Napoleón recrimina a Soult que había huido y le ordena regresar y presentar batalla, lo que hace de mala gana y es fácilmente vuelto a derrotar.

Por último, en octubre de 1813 tiene lugar la homérica batalla de las Naciones en Leipzig, donde participan más de medio millón de combatientes, y Napoleón es derrotado ya en forma definitiva.

Sus intentos de continuar en el poder fracasan al perder el apoyo de sus mejores hombres, entre ellos el Mariscal Michel Ney (su mejor hombre, a quien había llamado el más bravo de los bravos).

A fines de 1813 y principios de 1814 los aliados entran en Francia y Soult firma un acuerdo con Wellington por el cual los franceses se comprometen a retirarse totalmente de España.


Ya en su exilio Napoleón reflexionando en frio, reconoce que debió haber evitado esta guerra.  Habría pronunciado estas duras palabras:   
Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido”.



Consecuencias de la guerra de la Independencia:
Un análisis imparcial de esta guerra, permite ver que España tuvo paginas inmortales, como la rebelión de Madrid del 2 de mayo de 1808, el sacrificio de Daoiz y Velarde, la batalla de Bailen, la resistencia heroica de Gerona y Zaragoza, las acciones de los guerrilleros, el compromiso de todo un pueblo, que podría haber sido la base para renacer una gran nación.

Pero no se puede olvidar que sus consecuencias fueron nefastas.  En esos casi seis años España perdió entre bajas de combatientes y consecuencias de hambrunas y pestes, casi medio millón de habitantes.  Muchas ciudades como Zaragoza habían quedado semidestruidas y además los saqueos de los invasores habían dejado a España sin metálico.  Inmensos campos de cultivo estaban abandonados desde hace años y el ganado era casi inexistente por haber sido consumido por las tropas propias y las invasoras.  Muchas personas fallecían todos los días de inanición.

Otra consecuencia fue la pérdida casi total de sus colonias en América, pues solo le quedaron las Islas de Cuba y Puerto Rico.

Resumiendo, España dejo ya de ser una potencia europea, pasando a ser un país de, por lo menos tercer orden.  Todo el Siglo XIX y también el XX fue de una larga decadencia que parece no tener fin en el XXI.







BIBLIOGRAFIA:

España Histórica de Antonio de Carcer de Montalbán Ediciones HYMSA 1934.

Episodios Nacionales Primera Serie: La Guerra de la Independencia de Benito Pérez Galdós Edición de Dolores Troncoso y Rodri


[i] “Descripcion de Jose Bonaparte:  “Sin duda cree posible ser dueño de España, conquistando uno a uno los corazones…”  “ bromea con cierta causticidad muy fina, propia de los italianos” . “confunde a menudo su lengua natal con la nuestra” . “José no es borracho” .. “es un rey bastante bueno, y al verle y tratarle no se puede menos de deplorar que lo hayan traído, en vez del nacimiento y el derecho, la usurpación y la guerra”.  Benito Perez Galdos op. Cit. Pag. 1183.