viernes, 15 de abril de 2011

MEMORIA DEL AÑO 2010

El instituto de investigaciones históricas Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martín en el transcurso del año 2010, continúo con el desarrollo de las actividades histórico-culturales, se desarrollaron sus funciones básicas de investigación y divulgación de nuestra historia nacional, en un marco de acontecimientos internacionales, con el objeto que nuestros aconteceres queden insertos y comparados con los grandes pensamientos del mundo.-
La publicación y la distribución de “El Gran Americano”, y los libros publicados por el instituto, el intercambio de los mismos y las conferencias realizadas en el Museo Regional Brig. Gral. Don Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martín, fueron los pilares de la continuidad de la difusión de la vida del Brigadier General, la historia de la confederación y los hechos de la historia nacional.-
Las actividades fueron muchas, y a continuación detallamos las más significativas, sin quitar mérito a otras de similar importancia:
LXXIII ENCUENTRO REGIONAL DE HISTORIA BONAERENSE – HOMENAJE AL BICENTENARIO DE LA REVOLUCION DE MAYO 1810-2010 JORNADA BONAERENSE DE HISTORIA BICENTENARIO EN EL MES DE MARZO DIAS 19 Y 20 ( Patrocinado por el Banco Provincia de Bs. Aires Coordinación de Politicas Culturales Archivo y Museo Historicos . Catedrá “Dr. Arturo Jauretche”, “Instituto Cultural de la Prov. De Bs. Aires”, “El Instituto Nacional de Inv. Historicas Juan Manuel de Rosas”, “El Instituto Saenz”, y “La Municipalidad de General San Martín” .- El mismo e desarrollo en las instalaciones del INSTITUTO MAIPU sito en la calle Pueyrrerdon 3101 de San Martín Prov. de Bs. Aires y en el Museo Regional Brig. Gral. Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martín .- LOS EXPOSITORES DESRROLLARON LAS PONENCIAS FUERON LOS SIGUIENTES: DR. ENRIQUE BONOMI , DR. ALBERTO GELLY CANTILO, PROF. CARLOS PESADO PALMIERI Y DR. CARLOS ALBERTO DE SANTIS, EL CIERRE DEL ACTO ESTUVO A CARGO DEL LIC. JOSE MARIA DOBAL Y EL ING. AGUSTIN SAN MARTIN .-
CONFERENCIAS : MALVINAS A 28 AÑOS DE SU REIVINDICACION HISTORICA Prof. Carlos A. Barbera y Vgm Antonio Emilio Falcon .- CNEL. CIRIACO CUITIÑO. Vida, Proceso y Fusilamiento, Prof. Juan Martín Grillo.- LA VERDAD SOBRE MARIANO MORENO, Prof. Carlos Adamo Barbera .- IBEROAMERICA Y EL INDIGENISMO por el Prof. Jorge Oscar Sule.- LA TRADICION. Semblanzas de José Hernández, inmortal escritor y poeta, autor del celebre libro “Martin Fierro”, Prof. Julio Otaño.- LA SOBERANIA NACIONAL del Prof. Arturo Pellet Lastra .- LA PLATERIA. Historia y diseño, Ctador. Ricardo Pousa.-
En el Cierre del año académico.- “REFLEXIONES HISTORICAS, JURÍDICAS Y SOCIALES”, a cargo del Dr. Carlos Alberto De Santis.- En dicho acto, el Dr. Raul Chivilo puso en conocimiento de los presentes el nombramiento del Dr. Carlos Alberto De Santis, como ACADEMICO DEL INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES HISTORICAS JUAN MANUEL ROSAS, integrante de la Secretaría de Cultura de la Nación.- El Dr. Alberto Gelly Cantilo presidente de dicho instituto envió las felicitaciones de estilo, a los miembros del instituto de Gral. San Martín y en especial al nuevo académico.-
También el instituto estuvo presente en la Feria del Libro.-
CENA ANUAL DE CAMARADERIA Nuestro Instituto y La asociación Veteranos de Guerra de Malvinas de Gral. San Martín, se reunieron el día sábado 11 de diciembre de 2010, en la Parroquia Sagrado Corazón de Villa Ballester, y compartieron la cena anual de camaradería.- El veterano de Guerra Antonio Emilio Falcón y el Dr. Carlos Alberto De Santis, presidentes de ambos institutos resaltaron el espíritu cristiano y nacional que une a los miembros de ambas asociaciones y se comprometieron a continuar trabajando en forma conjunta por el esclarecimiento histórico y contra la desmalvinización de la sociedad.- Al finalizar los numerosos presentes brindaron por la Patria, por los 649 combatientes fallecidos y con la promesa de volver a nuestras queridas ISLAS MALVINAS.-
Durante el año se recordó con dolor la partida física de nuestros amigos y asociados: Cont. Walter Alauzet y Lic. Hugo L. Ortiz de Rosas, que habitarán siempre en el corazón de nuestra asociación.-
Se continuó con el desarrollo de la “BIBLIOTECA HISTORIOGRAFICA JORGE PERRONE”, la cual cuenta en la actualidad con 600 volúmenes a disposición de los alumnos y público en general.- ( Diego Pombo 3324, San Andrés, Gral. San Martín Prov. De Buenos Aires)
Cumpliendo con los objetivos trazados desde el año 1947, con la seguridad de haber desarrollado un año más de nuestra labor, en esta honorable tarea de defender el pensamiento nacional, y el amor por nuestro querida Patria, la laboriosa Comisión Directiva, los asociados, y todos aquellos que hacen posible que continuemos con la lucha que hace años, en otra medida, circunstancia y época desarrollara nuestro Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, saludamos en un nuevo año a todos las personas en cuyo corazón anida el amor a Dios , y la llama de la verdad y la justicia.-

La Comisión Directiva

viernes, 1 de abril de 2011

El lenguaje del Padre Castellani

Por José María Iraburu

–Primero el lenguaje de Cristo, luego el de San Pablo, ¿y ahora el de Castellani? Pero bueno…
–Los dos posts anteriores, con tantas citas bíblicas, me dieron mucho trabajo. Éste de ahora es un descanso para mí y espero que también para los lectores.
El padre Leonardo Castellani, argentino (1899-1981) fue uno de los más grandes escritores del siglo XX en lengua hispana. Al analizar yo aquí su lenguaje, siempre lúcido y lleno de humor, me limitaré a destacar su ortodoxia y su valentía para combatir a los más venerados ídolos de su tiempo. Elijo como ejemplo la crítica que Castellani hizo de Teilhard de Chardin (1881-1955), admirado entonces por la mayoría de la intelligentsia católica, no solo la progresista.
Los errores teilhardianos. Ya en 1950 –parece increíble– se atreve Castellani a escribir en su obra ¿Cristo vuelve o no vuelve?: «quien dudare (de que se está formando ante nuestros ojos una nueva y vasta religión herética) puede leer las obras de […] o recorrer los numerosos opúsculos a mimeógrafo y sin imprimatur del P. Teilhard de Chardin, […] mezcla detonante que constituye un vasto y complejo programa de neocatolicismo profundamente heterodoxo y “modernista”». Y cinco años más tarde ofrece una lista de los principales errores de ese autor, presentes en sus obras de modo implícito o explícito:
«1.- El transformismo darwiniano dado como verdad cierta. 2.- La negación de la Parusía o Segunda Venida de Cristo tal como la entiende la Iglesia. 3.- La negación de la Redención por la obra personal de Cristo. 4.- La negación del pecado original, a la manera de Pelagius. 5.- Monismo materialista evolucionista parecido al de Spencer y Haeckel. 6.- Panteísmo sutil a la manera de Bergson. 7.- Interpretación modernista de todos los Sacramentos, empezando por la Eucaristía, a la manera de Guenther. 8.- Negación del fin primario del Matrimonio y constitución del fin primario del matrimonio en la “ayuda espiritual mutua de los esposos”. 9.- Aprobación de los medios contraconcepcionistas en el matrimonio, a la manera de Malthus. 10.- Negativa implícita de la autoridad de la Iglesia para definir, a la manera de Loisy, Tyrrel y otros» (Dinámica Social, nº 63, Buenos Aires, noviembre 1955).

La Iglesia reprobó los errores de Teilhard poco tiempo después:
–la Sagrada Congregación del Santo Oficio (6-12-1957), en tiempos de Pío XII, ordena en un decreto que «los libros del Padre Teilhard de Chardin, S. J., deben ser retirados de las bibliotecas de los Seminarios y de Instituciones religiosas; no deben ser puestos a la venta en Librerías Católicas y no es lícito traducirlos a otras lenguas». De hecho, sin embargo, sus escritos, mimeografiados, se difundieron ampliamente traducidos a muchas lenguas.
–la misma Congregación del Santo Oficio (30-6-1962), ya en tiempos del Bto. Juan XXIII, publicó un Monitum muy severo:
«Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión. Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica.
«Por esta razón, los eminentísimos y reverendísimos Padres del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, así como a los superiores de institutos religiosos, rectores de seminarios y presidentes de universidades, a proteger eficazmente las mentes, particularmente de los jóvenes, contra los peligros presentados por las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus seguidores» (AAA 54, 1962,526).
En el mismo número de L’Osservatore Romano (30-6-1962) se publicó el Monitum acompañado de un estudio muy amplio. En éste se describían y reprobaban detalladamente graves errores y ambigüedades, la mayor parte de ellas ya señaladas por Castellani. La Creación del mundo no es para Teilhard un acto libre de Dios, y la evolución mundana, infaliblemente progresiva, en la que, de alguna manera, Dios se va perfeccionando, conduce necesariamente hacia el Punto Omega. Por eso, «el Cristo de la Revelación no es otro que el Omega de la Evolución»… «Cristo salva. Pero ¿no es preciso añadir inmediatamente que él es también salvado por la Evolución?» (Le Christique, ensayo inédito 1955). Ese mismo texto afirma que hay en Cristo, «en sens vrai», una «tercera naturaleza», no humana, no divina, sino «cósmica».
La gnosis de Teilhard, su teología-evolutiva, rinde al Mundo una veneración suprema. En 1934 (Comment je crois) confesaba: «si se diera el caso de que yo sufriera una revolución interior (renversement), si llegara yo a perder sucesivamente mi fe en Cristo, mi fe en un Dios personal, mi fe en el Espíritu, pienso que continuaría creyendo en el Mundo. El Mundo (el valor, la infalibilidad y la bondad del Mundo), tal es, en último análisis, la primera y la única cosa en la que yo creo».
La rehabilitación de Teilhard de Chardin es imposible, considerando la enorme gravedad de sus errores. Puede darse en alguna ocasión una expresión, dicha al paso, de admiración en alusión a una expresión feliz de su pensamiento. Pero no más que eso. Pondré un ejemplo al contrario. La Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el Cardenal Ratzinger, con muchas precisiones y explicaciones, reconoció que el sistema filosófico-teológico de Antonio Rosmini es compatible con la fe católica, teniendo en cuenta tanto las investigaciones más recientes, como el cambio histórico-contextual en el que aquellas «cuarenta proposiciones» suyas reprobadas se formularon (Nota 1-7-2001). Pues bien, una rehabilitación análoga nunca podrá darse en referencia a Teilhard, y nunca, concretamente, el Cardenal Ratzinger, en sus 23 años al frente de la Doctrina de la Fe, la ha realizado.
La anécdota siguiente es significativa. Una carta del Cardenal Casaroli al rector del Instituto Católico de París, que celebraba el centenario del nacimiento de Chardin (L’Osservatore Romano, 10-6-1981), produjo tantas y tales protestas, que la Oficina de Prensa de la Santa Sede hubo de publicar un mes después una nota aclaratoria, asegurando que el Monitum de 1962 seguía vigente, «después de haber consultado al Cardenal Secretario de Estado [Card. Casaroli] y al Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, quienes, por orden del Santo Padre [Juan Pablo II], habían sido debidamente consultados de antemano acerca de la carta en cuestión» (L’Osservatore Romano 20-7-1981).

Escuchemos de nuevo al P. Castellani. El teilhardiano P. Luzzi, S. J. –ignorando el Monitum de 1962 y algunas obras críticas excelentes, como la del sacerdote argentino P. Julio Meinvielle (1965)–, canta la gloria de Teilhard en un artículo ¿Mundo y Dios en controversia? Y lo publica nada menos que en la revista paolina, de grandísima difusión popular, Familia cristiana (abril 1968). Poco después, el bueno de Castellani comenta adecuadamente el artículo. Pero antes de cederle la palabra, hago notar que con frecuencia él habla de Telar de Chardon, alegando que «éste es su nombre español, créanme, así lo hubieran llamado Cervantes y Luis de Granada»:
«El trabajo de este profesor constituye un intento de presentar a Telar en forma sinóptica y panegírica, para uso de la familia cristiana indefensa; a la cual la parta un rayo, si se fía de las “paolinas” […] Si Luzzi dijera palmariamente: “Nuestro Dios es un dios que se hace”, saltaría a los ojos una herejía patente […] Pero no lo dicen así: lo dicen amontonando la Cristogénesis, la centreidad, la morfología, la superconciencia, el punto Omega, el espacio-tiempo de forma cónica, la noosfera y cien más. Así, que te entienda Las Vargas.
«Las “ambigüedades” hormiguean en este escrito. Tomemos un ejemplo: Telar y su heraldo [el P. Luzzi] llaman conciencia a la afinidad química de los minerales, a los tropismos de las plantas, a la percepción del animal y a la conciencia del hombre; y por si fuera poco, también al hecho –si es hecho– de que “el portuario de Londres, el de Buenos Aires, el de Santa Fe reaccionan del mismo modo [?]. Hay algo que los hace manifestarse así, hay una conciencia común… ¿No notamos en esto una unificación de las conciencias?”. O sea una “superconciencia” destinada a unificarse en un bloque e ir a parar al Punto Omega en forma cónica.
«Esto pasa ya de la ambigüedad; es un bruto sofisma. El profesor dice que es “analogía”. Nones. Es un bruto equívoco, es equivocación. Nos toma por memos.
«Y así se podrían traer seis “ambigüedades” más. Como la que el espacio-tiempo-energía (Trinidad chardoniana) tiene necesariamente forma de cono. Risum tenete, amici! [amigos, aguanten la risa].
«Ellas [las ambigüedades] tiran a persuadir que en la Iglesia hay y había muchas cosas mal, que una buena inyección de Telar curaría como por ensalmo. Los que se opongan a eso, el Luzzi los amenaza con una cantidad de males que resumiremos en esto: se quedarán atrasados en las tinieblas de la Edad Media y no podrán convertir obreros –de los cuales Telar y el Luzzi deben haber convertido millares–; mientras los que se incorporan al movimiento gozarán de una cantidad de bienes tal que recuerdan el aria Ciarlatano en L’elisir d’amore de Donizzeti» (Jauja, nº 18, Buenos Aires, junio 1968).
Reconozcan ustedes, por favor, que hoy estamos urgentemente necesitados de la irreverencia bien documentada del lenguaje del P. Leonardo Castellani ante la manga de sabiazos elevados en nuestro tiempo, frente al Magisterio apostólico, como grandes ídolos teológicos.
Los admiradores actuales de Teilhard de Chardin siguen siendo en la Iglesia, por supuesto, los modernistas y progresistas supervivientes, cada vez más viejos y desencantados –y cada vez más fuera de la Iglesia–. Pero no deja de ser significativo que los principales enemigos actuales de la Iglesia rinden especial culto al P. Pierre Teilhard de Chardin. Por ejemplo:
–La New Age admira a Teilhard de Chardin.El Pontificio Consejo de la Cultura y el Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso, colaborando con otros altos organismos de la Santa Sede, elaboraron un amplio documento sobre la New Age, titulado «Gesù Cristo, portatore dell’acqua viva. Una riflexione cristiana sul “New Age”» (2-3-2003). El documento analiza el conjunto de tendencias gnósticas, panteístas, evolucionistas, naturalistas, esotéricas, etc. que confluyen en la New Age, y señala también su afinidad con el pensamiento de Teilhard, cuando dice en la nota [15] del documento:
«A fines de 1977, Marilyn Ferguson [una de las principales teóricas de la New Age], envió un cuestionario a 210 “personas empeñadas en la transformación social”, que ella llamó “Aquarian Conspirators” […] Cuando se solicitó a los encuestados que dieran el nombre de los individuos cuyas ideas les habían influido, bien a través del contacto personal, bien por medio de sus escritos, los más nombrados, por orden de frecuencia fueron éstos: Pierre Teilhard de Chardin, C. G.. Yung, Abraham Maslow, Carl Rogers, Aldous Huxley, Roberto Assagioli y J. Krishnamurti». A estos siete nombres principales, añade el documento otros 30 nombres significativos (The Aquarian Conspiracy. Personal and Social Transformation in Our Time, Tarcher, Los Ángeles 1980, pg. 50, nota 1 y pg. 434).

–La masonería admira a Teilhard de Chardin. Jacques Mitterrand, Gran Maestre de la Masonería, declaró en la Asamblea General del Gran Oriente de Francia (3/7-9-1962):
Teilhard de Chardin, «quizá sin que se diese cuenta de ello, ha cometido el crimen de Lucifer de que la Iglesia de Roma con frecuencia ha acusado a los masones: él ha afirmado que en el fenómeno de la hominización […] es el hombre quien tiene la precedencia y no Dios y es el artículo principal de este proceso. Cuando esta conciencia colectiva alcance su apogeo en el punto Omega –como dice Teilhard–, entonces habremos producido el nuevo tipo de hombre, como lo deseamos: libre en su carne y sin trabas en su mente» (Roca, XV, nº 171, 3-1982). Probablemente el Gran Maestro masónico no interpreta bien a Teilhard, pero sí es cierto que la masonería halla una afinidad profunda entre su visión y la gnosis teilhardiana. Y en todo caso, sí queda claro que tenía razón Castellani cuando entre los errores principales de Teilhard señalaba «la negación de la Parusía». Si Teilhard «profetiza» la eclosión final histórica y triunfante de la Evolución, la Iglesia católica, enseñada por Dios, muy por el contrario, nos asegura que ese advenimiento glorioso del Reino no se dará «en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal» (Catecismo 677).

Actualidad de Castellani. El lenguaje que Castellani, estando él muy solo, emplea contra tantos falsos profetas venerados en su tiempo, y concretamente, como hemos visto, contra la gnosis panteísta-evolucionista de Teilhard, es semejante al lenguaje de Cristo y de San Pablo contra letrados y fariseos. Y ése es el lenguaje que hoy queremos recuperar en la Iglesia católica. Tiene razón Castellani: nos toman por memos.

Esquema del desarrollo filosófico argentino

Por Alberto Buela

Se distinguen en la historia de la filosofía en Argentina varios períodos claramente definidos. Hay que señalar que en todas estas etapas, si bien se destaca el tono de cada uno (escolástico, ilustrado, romántico, positivista, espiritualista, etc.), la hacienda siempre viene mezclada.

1) El del predomino escolástico que va de 1536 a 1773, aunque ya a partir de 1710 se nota la influencia del pensamiento de Descartes. En 1613 el paraguayo fray Fernando de Trejo funda la Universidad de Córdoba y el primer profesor de filosofía fue el madrileño Juan de Albiz, quien, se cuenta, poseía un ingenio agudo que alegraba a los presentes.
En este largo período con primacía de la escolástica, aunque existe casi un siglo de influencia del racionalismo cartesiano, se destacan: Domingo Muriel(1718-1795) y sus meditaciones sobre Hispanoamérica, José Peramás (1732-1793) con sus trabajos sobre la ciudad platónica y la ciudad cristiana en el Nuevo Mundo y fray de San Alberto (1727-1804) con sus meditaciones sobre pedagogía, política y vida espiritual.

2) Introducción de las ideas modernas con la ilustración y la radicalización de su ideología de 1773 a 1830.
Las generaciones de1810 (Saavedra, Castelli, Belgrano, deán Funes, Moreno, Monteagudo) y la de 1821 (Lafinur, Fernández de Agüero y Diego Alcorta como los ideólogos y Antonio Sáenz, Castro Barros y el padre Castañeda por el pensamiento tradicional). Esta experiencia dual recorre todo el pensamiento argentino hasta nuestros días: los ideólogos intentando poner en nuestro tiempo lo pensado por los europeos y los tradicionalistas rescatando para nuestra tierra y sangre nuestra compleja historia.

3) Introducción de historicismo romántico con la generación de 1837 (Echeverría, Alberdi, Sastre, Sarmiento, Mármol, Vicente Fidel López, Florencia Varela). Del espiritualismo ecléctico con las generaciones de 1853 y 1866: en la primera se destacan Mitre, Mansilla, Bilbao, destacándose aparte Mamerto Esquiú. Y en la segunda, José Hernández, Estanislao del Campo, Manuel Sáenz.
El historicismo romántico caló fuerte en la joven generación del 37. Quizás se pueda observar que dicha influencia quedó relegada al mundo social y político, dejando al racionalismo ilustrado el resto de los temas. Puede señalarse, como ejemplo, los dos textos del joven Alberdi: el “Fragmento…” de 1842, y “Las Bases” de 1848.
4) La introducción del positivismo se produce en la generación de 1880 y se prolonga hasta la de 1896. (Ramos Mejía, Ameghino, Pirovano, y sigue en la del 96 con Carlos Bunge e Ingenieros). Al mismo tiempo se destacan Estrada, Goyena, Cambaceres en el pensamiento tradicional. Y nace el pensamiento sobre nosotros mismos con autores como Juan Agustín García, Joaquín V. González y Ernesto Quesada. En la generación del 96 se ubica el primer filósofo profesional argentino Alejandro Korn (1860-1936) quien encabeza la reacción antipositivista, pero su producción intelectual es tardía por eso se lo ubica en la generación de 1910.
Es conocida la interpretación que a menudo se ha realizado sobre el positivismo argentino, tanto por sus defensores como detractores. Quizás no se haya prestado la suficiente atención, punto que Nimio de Anquín ha enfatizado, acerca del carácter originario que puede poseer para nosotros el positivismo en tanto se centre en la cognición de las individualidades entitativas. En tal sentido podría indicarse al positivismo como un primer bosquejo de pensamiento iberoamericano con algunos rasgos propios.

5) Crítica y superación del cientificismo. Surgimiento de un nuevo espiritualismo con la generación del centenario. Primera llegada de Ortega (1916) y de D`Ors (1918). Se inicia la profesión de filósofo.(Korn, Rougès, Alberini, Franceschi, J.B.Terán, Macedonio y desde el ensayo, Rojas, Lugones, Ugarte).
Su continuación y profundización se da en con los hombres de la generación del 25 que junto con la de 1940 realizan la mayor, mejor y más profunda producción filosófica argentina. Se ubican en la primera: Romero, Guerrero, de Anquín, Astrada, Fatone, Vasallo, Miguel A. Virasoro, Sixto Terán, Cossio, Taborda, y desde el ensayo Canals Feijoo, Borges, Mallea, Scalabrini, Battistessa. Y en la del 40 Sepich, T.Casares, Castellani, Meinvielle, desde el ensayo Marechal, Jauretche, J.L. Torres.

6) 1955: la quiebra y el vaciamiento de la universidad argentina con la expulsión de los grandes filósofos: Nimio de Anquín, Miguel A.Virasoro, Carlos Astrada, Carlos Cossio, Diego Pró, Eugenio Pucciarelli, Luis Juan Guerrero, Leonardo Castellani. Imposición del “normalismo filosófico” de Francisco Romero por sobre la propuesta de Coriolano Alberini de “florecimiento de genios filosóficos ajenos a la enseñanza oficial”.

7) Retroceso y repliegue de la actividad filosófica en la generación del 60 (Murena, Masotta, Caturelli, Eggers Lan, Kusch, Maliandi), reducida en el mejor de los casos a buenos e incansables investigadores.

8) 1972: II Congreso Nacional de Filosofía, surgimiento, tanto de la filosofía de la liberación (Dussel, Casalla, Fornari, Scannone, De Zan) con anclaje en Astrada, como del pensamiento de la disidencia y la identidad (Caparro, Buela, Maresca con anclaje en de Anquín), que tiene un desarrollo posterior en el tiempo a la anterior.

9) La loza de plomo en la filosofía argentina (1976-2011). Investigadores rentados (Vigo, Crespo, Ruiz Pesce, García Bazán, Walton) y algunos filósofos aislados (Maresca, del Barco, Fornari, Buela, Feinmann, Zanotti), que mejor sería denominar arkeguetas, esto es, aprendices constantes.

El secreto más guardado de la filosofía argentina
Cuando Gustavo Bueno, el más significativo, por lo inconformista, filósofo español vivo me preguntó acerca de la filosofía en Argentina para agregar en su página de “filosofía en español”, le recomendé el mamotreto de 1500 paginas del querido y eximio profesor y tocayo Caturelli: Historia de la filosofía en la Argentina 1600-2000 que cuenta además con 550 páginas de bibliografía filosófica argentina que supone un trabajo de enanos el haberla realizado por un solo hombre. El libro comenta 1400 autores y se detiene en unos 200(ojo que me puso dentro de estos). De estos doscientos en mi criterio se destacan por su originalidad y penetración el 10%:
Virasoro, Miguel Angel; Vasallo, Ángel; Terán, Sixto; Taborda, Saúl; Sepich, Juan; Rougés, Alberto; Romero, Francisco; Pró, Diego; Murena, Héctor; Meinvielle, Julio
Massuh, Víctor; Kusch, Rodolfo; Guerrero, Luis; Casas, Manuel; Castellani, Leonardo
Aybar, Benjamín; Anquín, Nimio de; Astrada, Carlos y Alberini, Coriolano. Y que si me veo obligado a reducir a dos, ellos serían Astrada y de Anquín.
El secreto mejor guardado de la filosofía argentina es el que han realizado los pseudos filósofos de la autodenominada filosofía de la liberación cuando se autotitulan discípulos de Carlos Astrada (marxista-maoista) y borran la influencia de Nimio de Anquín, por considerarlo nipo-nazi-facho-falanjo- peronista.

La vida de estos dos filósofos corre paralela: nacen en Córdoba en 1894 y 1896, estudian en la misma universidad con los mismos profesores. Parten en 1926 con una beca para Alemania donde uno va a estudiar con Heidegger y otro con Cassirer. Los dos participan activamente en el I Congreso de filosofía de 1949. De Anquín con una sólida formación clásica en Aristóteles y Santo Tomás termina volcándose a Hegel y Astrada con una débil formación clásica pero una basta información contemporánea, también termina arropándose en el filósofo de Berlín.
Durante el primer peronismo Astrada dirige desde la Universidad de Buenos Aires los Cuadernos de filosofía mientras que de Anquín desde la Universidad de Córdoba edita por su cuenta y riesgo Arkhé (revista americana de filosofía sistemática y de historia de la filosofía).
La adopción por parte de ambos de Hegel y su Volkgeist (espíritu del pueblo) hace que Astrada por su pertenencia maoísta-marxista lo vea encarnado en “el proletariado” y de Anquín su pertenencia al peronismo en los trabajadores y en “la tradición nacional” expresada por Lugones como “poeta óntico”. Los dos son antiimperialistas pero mientras que Astrada lo es al estilo marxista, de Anquín nos habla de un “imperialismo situado” y como se manifiesta aquí y ahora, al estilo de ese gran denunciante que fue José Luis Torres, el fiscal de la Década Infame.

Enrique Dussel en su publicitada obra Filosofía de la liberación (ver pp.50 a 56) ve el problema pero escamotea la verdad. Y así afirma que la filosofía de la liberación le debe su paternidad de Carlos Astrada y su Mito gaucho (1948) ignorando adrede, silenciando a propósito (lo mismo ha hecho Arturo Roig en su Pensamiento latinoamericano) la extra-ordinaria meditación de Nimio de Anquín El ser visto desde América (1953), que es la que realmente funda un genuino pensamiento americano de las identidades y de la disidencia al pensamiento único y políticamente correcto.
Así Dussel en sus infinitas “agachadas” al régimen de poder constituido y al statu quo reinante de los diferentes países donde ha vivido como “turista filosófico”, cuando habla de los crímenes sobre la filosofía corre rápido al ejemplo de Husserl y su expulsión por los nazis pero nada dice del asesinato de Jan Patocka por parte del gobierno comunista checo.
Tendría que aprender de la valentía del filósofo argentino Oscar del Barco quien reclamó igual juicio que a los milicos de la dictadura, a sus antiguos compañeros los montoneros, y lo ralearon de todos lados.
Hace ya muchos años otro muy buen filósofo argentino, Máximo Chaparro, me comentaba que había que desarmar la gran mentira en torno a don Nimio, porque fue él, el auténtico y genuino fundador de la filosofía popular de la liberación con el rescate “el Ser singular (que es el ser visto desde América) en su discontinuidad fantasmagórica. El americano es un elemental, y sus pensadores representativos se asemejan a los físicos presocráticos.., para quien filosofe genuinamente como americano, no tiene otra salida que el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial…y este pre socratismo americano será, al cabo, una contribución efectiva a la recuperación del sentido greco-medieval del ser”.
Y sobre esto me observa el mismo Chaparro que: “Esta recuperación tiene un hondo significado. Por un lado, la ubicación del filosofar americano dentro de la tradición europea, rescatando su y nuestra originalidad, y por otro, en el desarrollo de la autoconciencia, el encuentro con las cosas en su individuación y potencial universalidad. A menudo algunos repetidores se refieren a de Anquín como prototipo de un filosofar regresivo y ahistórico, no comprendiendo ni la ontología del filósofo y menos aún su imponente hermenéutica de la tradición europea”.
Y así como Hernández pintó en Martín Fierro al pueblo argentino, análogamente de Anquín, hablando desde Lugones como poeta óntico, ve que ese Ser singular está encarnado también en el pueblo argentino. Es por ello que todo el pensamiento post anquiniano es un pensamiento sobre la identidad o sobre las identidades. Es un pensamiento sobre la cultura de síntesis que somos nosotros y la interculturalidad y no el multiculturalismo como han postulado muchos pensadores de la filosofía marxista de la liberación. Esa interculturalidad se manifiesta en la religiosidad popular que es católica hasta el tuétano, cargada con todas las manifestaciones heterodoxas que nuestro pueblo le ha adherido (Gauchito Gil, Difunta Correa, etc.).
Nosotros nos inscribimos en esta tradición de pensamiento como hombres del campo nacional, como pensadores populares católicos y como nacionalistas de Patria Grande. Y ante el one word, el mundo uno, no nos queda más salida que el ejercicio del disenso y el rescate de las identidades y las diferencias, en el marco de una tradición cultural tan específica como la de nuestra ecúmene hispanoamericana.