jueves, 5 de abril de 2012

La educación

Por el Profesor Carlos Adamo Barbera
¿Qué es la educación? Primeramente saber que educar es un arte e instruir es una ciencia. La educación del hombre pertenece a las leyes morales inscriptas en su propia naturaleza y de derecho natural "hábitus sinderisis". La instrucción pertenece a las leyes temporales físicas para desarrollar la inteligencia y la sabiduría, de derecho positivo "habitus Principiorum". El problema educativo se genera por la confusión del concepto "educación-instrucción". Se pretende solucionar males sociales que se muestran en la escuela, con técnicas pedagógicas propias de la instrucción. Las fallas educativas merecen un análisis profundo por ser la raíz de todos los males que afectan el orden social. Los gobernantes deben tener asesores conocedores del tema, que distingan y valoren lo educativo de lo cognitivo, para conformar un buen sistema de educación y enseñanza; especialmente para los ciclos primario y secundario donde se debe priorizar lo formativo, dejando la excelencia informativa al ciclo universitario. El primer gobierno que implantó un verdadero sistema educativo en Buenos Aires, fue el de Rosas en 1831, con el asesoramiento del Inspector General de Escuelas doctor Saturnino Segurola, quien inicia la restauración que padecían las escuelas, con el Tratado de las Obligaciones del Hombre; sistema que continuó en parte y por inercia, hasta el Primer Congreso Pedagógico que lo reemplaza la ley 1420. Analicemos: Bramel sostiene que la educación es un instrumento primordial, un medio poderoso para lograr una civilización mundial que apoye en todas las formas posibles la dignidad humana y el único poder que queda en el mundo. Lamentablemente el pragmatismo sigue vigente en nuestros ambientes docentes. El metodologismo que da más importancia al método que a los fines, a la información sin formación. Este vicio de la educación se dio entre nosotros a partir del positivismo que propicio la generación del ochenta y que el P. Leonardo Castellani lo denunció en su obra Reforma de la Enseñanza; con el nombre de "Normalisticismo", que tuvo en el pedagogo positivista Víctor Mercante uno de sus más destacados representantes. Sobre el afirmó Alejandro Korn en El intelectómetro (obras completas pag.681) que "conoce los métodos para enseñar todas las ciencias sin haber estudiado ninguna". El pragmatismo es responsable del divorcio de la filosofía y la ciencia en la escuela. Privado de fundamentos, el proceso enseñanza -aprendizaje, hoy la escuela poco enseña y nada educa, se ajusta a los dictados de las ciencias y de la didáctica, para alcanzar un producto que debe ser verificable, neutro y eficaz. El alumno hace cualquier contenido y el docente coordina tareas o debates si ellos lo permiten. La programática instrumentalista le indica, que no debe decirle a un alumno "sea obediente", porque una lectura estructuralista de esos términos le indica que su falta de uso impide la descodificación del mensaje. Tampoco puede castigarlos con tareas, porque esto generaría un conflicto emocional más grave. ¡La actualidad educativa lo demuestra!… Ricardo Levene, profesor en las universidades Nacionales de Buenos Aires y La Plata, en el colegio Nacional y Escuela Normal de Buenos Aires en su libro "Como se ama La Patria" aprobado por la Dirección General de Escuelas en 1912, como libro de Lectura para 4º, 5º y 6º y fuera prologado por el doctor Osvaldo Magnasco el 4 de noviembre de 1912, en el capítulo XVIII dice: En la escuela se instruye y se educa. La instrucción consiste en la transmisión de los conocimientos científicos que vigorizan la inteligencia del alumno. Pero la misión de la escuela consiste principalmente en educar, es decir, en forjar disciplinas y hábitos intelectuales y morales, por el ejercicio y el trabajo. Educar y no instruir, conforme a un pensamiento tan difundido como poco practicado.
Educar quiere decir formar a un hombre en la integridad de su conducta, en la
firmeza de su carácter, en la sinceridad de sus convicciones, en su moralidad sin
tacha, en su espíritu de acción y en el equilibrio armónico de todas las potencias
de su alma. Educar "educere" tarea y arte de sacar a la luz las virtualidades de la persona humana, a través de la comunicación y el ejemplo. Tiene como fundamento teológico una formación cristiana que atienda el bien espiritual, que impone el deber de educar en la Fe y en el Evangelio, no
olvidemos que nosotros nacimos a la sombra de la cruz que nos legó España a través de la evangelización que realizaron las misiones guaraníticas a partir 1536.
La actividad educativa es esencialmente ética, un movimiento intrínsecamente moral
porque la educación se centra sobre el concepto de persona, definida como "una sustancia individual de naturaleza racional", como lo entendió Boecio. La educación se da en lo social y que así como en el hombre hay una inclinación natural hacia lo social lo hay también hacia las virtudes, por eso el fin de la educación es inclinar la voluntad del educando hacia el bien común, al amor a la verdad, a la justicia y al
trabajo, con alto sentido de cooperación y responsabilidad. Expresa Santo Tomás "La educación es la conducción de los hijos al perfecto estado de virtud" (Cfr De Verit.q. XI "De Magistro") La conducción al estado perfecto de Virtud, es la finalidad propia del proceso educativo acorde con la antropología católica. Circunscribir la pedagogía a la acción, es negar la
capacidad de perfección del espíritu, llamado a las altas cumbres de la verdad, bondad y belleza (Piaget). Virtud significa la capacidad propia de los seres
humanos en orden a su integral composición Alma-Cuerpo, por lo tanto se refiere a las posibilidades físicas del cuerpo como a las del espíritu. De aquí se desprende que el educador debe poseer un conocimiento profundo de la psicología humana, así
como también de la antropología filosófica y teológica. La tarea del pedagogo no es una simple instrucción que deposita en el educando, sino una dinámica encaminada a la formación integral del alumno: Educación mas Instrucción, es decir, actitud
+ aptitud = perfección humana. No basta el proceso lógico de la inteligencia sino
que se necesita de una voluntad inclinada al bien por las virtudes morales.
Rosas en su decreto del 25 Mayo de 1844 dice: "La educación pública no solo debe perfeccionar la razón; si no también garantizar el orden religioso, social y político…" Sarmiento decía: "El Juez castiga el crimen probado, sin corregir al delincuente; el sacerdote enmienda el extravío moral, sin tocar a la causa que lo hace nacer; la policía reprime el desorden público, sin mejorar las ideas confusas que lo alimentan o las incapacidades que lo estimulan. Solo el maestro de escuela, con buen sistema educativo, puede curar radicalmente los males sociales." Perón en su libro "Conducción Política", pag. 302 dice refiriéndose a educación: "Primero formar buenas personas y después todo lo demás". El drama argentino en materia educativa, entre otras causas, se produce por la eclosión demográfica que trajo entre otros inconvenientes, el desmembramiento de grupos sociales marginales, que subordinaron el "orden de lo importante" al "orden
de las urgencias". Por tal motivo la Familia y la Escuela resultaron incapaces de encausar las exigencias naturales de la persona respecto a su triple dimensión cultural: Etica-Estética-Religiosa. Otra causa aun más grave que se descubre en el
trasfondo de esta situación, una dimensión cultural seglar que concibe la vida humana personal y social al margen de Dios y que lleva a un relativismo moral, que afecta a la concepción de la persona y de los vínculos humanos, en primer lugar del matrimonio y de la familia, pone en peligro la vida humana naciente, afecta seriamente la educación de niños y jóvenes, al no fundarla en una escala de valores que priorice la persona, el respeto a la ley y a la sociedad basada en la justicia, es decir, es un disolvente de nuestra cultura. Al respecto recuerdo a SS Juan Pablo II, cuando dice: "La historia enseña que destruyendo la cultura de una Nación, se destruye la nación desde el punto de vista neurálgico de su existencia." El que educa como el que camina, tiene un destino, un objetivo. El nuestro es el de la perfección humana, resaltando los valores permanentes y a los hombres que lo han practicado con el ejemplo, en su vida publica y privada, con subordinación ontológica y con unidad de conciencia. La educación griega, cuna de la cultura occidental, se basa en la formación del hombre dentro de los valores permanentes, a saber: Heroica (Poemas Homéricos): educación basada en el concepto del honor y caballerosidad. Cívica (Esparta y Atenas): severidad y dureza, educación social, musical y gimnástica. Humanística (Sócrates-Platón-Aristóteles): educación
filosófica. Helenística (Alejandrina): se acentúa lo intelectual con métodos de castigo corporales. Las ciencias ocupan lugar secundario; se establece el
Trivium - Quadrivium y culto a la verdad. Reflexión: Hoy predominan los sistemas pedagógicos impregnados de utilitarismo, pragmatismo, hedonismo, mecanicismo dialéctico, ideologías y políticas…. no educación trascendente sino instrucción para determinados fines temporales que el cientificismo de: Freire, Furter, James, Pierce, Darwin, Spencer, Hegel, Benttam, Derrida, Marcuse, Adorno, Haberna, Vattino, Nietzsche, Fromm, Melebranche, Dewey, Kant, Gramsei, Scheffer,Skinner, Neill, López Quintás, Russeau, Marx,Carcamo, Mazo y Orgaz; llevaron la educación mundial al desastre actual; donde el mayor drama de la humanidad es que ha perdido el sentido del pecado. El ojo iluminado por la fe, así como la mirada de todo hombre honrado, no le puede pasar desapercibido la ruina de las fundamentalesestructuras morales de la vida. También han bajado los niveles éticos y las familias son arrastradas en esta caída de los "toboganes": drogadicción, alcoholismo, violencia, terrorismo, asesinatos, depresión y suicidio.
No hay sistema educativo ni docentes que lo pongan en práctica. La educación verdadera, debe considerar la dimensión moral y religiosa del educando. La civilización cristiana esta en ruinas y no se podrá reconstruir si, aparte de la ayuda de Dios, los cristianos no reaccionan de inmediato. Pero únicamente el conocimiento de las causas reales de la actual situación permitirá luchar eficazmente. Si no se tiene un panorama verídico del pasado, no se puede entender el aciago presente y menos aun, evitar un futuro que se avizora más trágico. Se ha arrojado al hombre de sus estructuras sociales orgánicas, convirtiéndolo en esclavo, sin educación y despojado de todos los valores trascendentes porque a la idiotización y embrutecimiento televisivo se suma la alienación Informática; al revés del pasado donde el hombre solo se inclinaba a Dios, el Homocibernético actual se arrodilla ante la maquina. Ante esta fantástica, diabólica y global maquinaria de destrucción humana a través del camino de la corrupción, desorden, indisciplina, droga, sexo,dinero y semana larga… Sin Dios y sin justicia; donde la propia escuela es un lugar peligroso para niños adolescentes y maestros. La inseguridad no solo afecta a vidas y bienes, sino también a lo previsional, hospitalario, alimentario y farmacologico. La sociedad confundida representa la belleza femenina en un hombre, acepta el divorcio vincular, el aborto, el matrimonio entre el mismo sexo y otorga título de nobleza a la homosexualidad. El delito y la vagancia son lo habitual y la honestidad y trabajo lo eventual. Señales de profunda y severa crisis social, por lo que estimo que la solución a tantos males, no pasa por la balanza de pagos, ni por los dólares, pesos o euros, tampoco por los presupuestos deudas huelgas o paros, ni por el odio, venganza o cárceles. La solución a largo plazo, pasa por implantar y sostener un buen sistema educativo apoyado y movilizado por todos los sectores y recursos del estado. Donde la excelencia se acentúe en los valores más que en los contenidos, acorde a nuestras tradiciones y experiencias históricas. Fortaleciendo la familia y la iglesia, que siempre fueron los pilares educativos. Reeducar a padres y docentes, que hagan de sus funciones un verdadero apostolado de responsabilidad amor tutela y verdad. Se debe volver a la ley 4031 que durante 90 años, formó buenos ciudadanos con identidad nacional. Colaboró eficazmente con la ley 1420 en la alfabetización y educación del pueblo argentino, como lo demostró el tercer censo nacional del 1º de junio 1914. La pedagogía, didáctica, contenidos y presupuestos,deben ser un complemento logístico que apoye técnica y materialmente, al acto educativo; y así lograr el objetivo fundamental: "La perfección humana".

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