Ctador Daniel H. Jerez
Antecedentes:
En España se conoce con el
nombre de Guerra de la
Independencia a la contienda que tuvo lugar desde 1808 hasta
principios de 1814, como resistencia a la invasión francesa a la península,
dispuesta por Napoleón Bonaparte. Fue una lucha desigual que desgastó a España,
mas allá de las recordadas muestras de heroísmo, como los sitios de Zaragoza y
Gerona.
Al comenzar el siglo XIX,
España, ya en decadencia respecto de los siglos anteriores; era regida por la
casa de Borbón, y ocupaba el trono desde 1788, el rey Carlos IV, hombre pusilánime
y de pocas luces, cuyo único interés parecía ser la caza. Había ido dejando los asuntos de gobierno en
manos de su esposa María Luisa de Parma, intrigante y ambiciosa. A su vez, la reina tenía su “favorito” o
“valido”, Manuel Godoy [1],
quien se había convertido en el verdadero conductor del gobierno español. Es de destacar que el heredero de la corona,
Príncipe Fernando fue educado por el canónigo Juan Escoiquiz, quien le inculcó su
odio hacia Godoy y desprecio hacia sus padres, considerando a Carlos como
indigno de ser Rey de España. Esta formación produciría gran tirantez entre
padre e hijo en años posteriores[2].
Toda la política europea de
esos tiempos giraba alrededor de la figura de Napoleón Bonaparte, el gran
militar, oriundo de Córcega, que se había convertido en Primer Cónsul y luego
Emperador de Francia. Sus ambiciones
iban más allá del país galo, anhelando ser el amo de toda Europa.

Ante esta situación Godoy adoptó
una política de adhesión –más aun, de subordinación- ante Francia, firmando
tratados que comprometían a España a colaborar con las decisiones del Gran
Corso. De este modo España se vio
obligada a poner su flota a disposición de Francia, sufriendo en 1805 la
escuadra franco española, la gran derrota de Trafalgar ante los ingleses
dirigidos por el Almirante Nelson. En
esa batalla, España perdió grandes marinos como Federico Gravina, Cosme
Churruca, Dionisio Alcalá Galiano y Francisco Alcedo, y también varias de sus
mejores naves como la Santísima
Trinidad.
Esa derrota produjo gran desagrado
en toda España, pero Napoleón en los años siguientes continuó aumentando su
poder en Europa, con las victorias de Austerlitz y Jena, por lo cual no vario
la política de Godoy. En 1806 el
Emperador dispone un bloqueo contra Gran Bretaña para intentar ahogar su
economía; que no es cumplido por Portugal, tradicional aliado británico. Godoy firma el Tratado de Fontainebleu por el
cual disponen la entrada de tropas francesas en España para conjuntamente con
las españolas, invadir el país lusitano, también se conviene en dividirlo en
tres pequeñas partes, (la del sur seria denominada Reino de Algarves y el Corso
le prometió a Godoy ser el rey –promesa que no pensaba cumplir-).
Gran cantidad de soldados
franceses entran en España y pasan, junto con los españoles, en Portugal sin
encontrar mucha resistencia. En
noviembre de 1807 la familia real lusitana huye en naves inglesas hacia
Brasil. Pese a la derrota portuguesa,
continúan ingresando tropas galas en España, instalándose en diversas ciudades
del norte, inclusive en Madrid, donde además en 1808 llega como jefe de todas
las fuerzas el cuñado de Napoleón, el Mariscal Joaquin Murat. Los españoles comienzan a darse cuenta que el
objetivo francés ya no es Portugal, sino la propia España y el odio a Godoy se
hace incontenible.
El Motín de Aranjuez y la
Farsa de Bayona:
En 1808 los acontecimientos
se precipitan. Las disidencias entre el
Rey Carlos y su hijo Fernando se hacen mas notorias, siendo evidente el deseo
del segundo de reemplazar a su padre. Napoleón
astutamente, los azuza a ambos por medio de cartas y enviados, pero ya ha
tomado la decisión de expulsar a los Borbones del trono español.
En marzo se produce el denominado
“motin de Aranjuez” en el cual una turba asalta la casa de Godoy en esa
localidad, con la intención de darle muerte por traidor. El valido se salva a duras penas y termina
siendo protegido por las tropas francesas.
Posteriormente se dirige a ese país, donde muere mucho después sin haber
podido regresar a su patria.
Durante estos acontecimientos,
el rey Carlos se muestra indeciso y temeroso.
Abdica a favor de su hijo Fernando y se dispone a huir a Sevilla y
eventualmente a America –como su par portugués-. El pueblo se enfervoriza y se dispone a
impedir esa huida que considera indigna de un rey de España.
Mientras tanto, Napoleón
“invita” por medio de Murat, a la familiar real española a tratar amigablemente
el problema del trono, (había dado instrucciones que de no aceptar la
“invitación” fueran llevados por la fuerza).
Carlos acude de inmediato a la ciudad de Bayonne (Bayona) en el sur de
Francia, donde se ha de realizar la entrevista y Fernando, con alguna
desconfianza, también lo hace.
En este episodio, conocido
por la historia como “La farsa de Bayona”, Napoleón, luego de una recepción
amable y diplomática, comienza por enfrentar a padre e hijo entre sí. Presiona a Fernando para que devuelva el
trono a don Carlos, con promesas y amenazas.
Cuando el primero accede, el emperador ya tenía en su poder la renuncia
del viejo rey, agobiado por la situación.[3]
De inmediato la familia
real es internada: los Reyes padres, junto con Godoy van a Fontainebleu y
Fernando, junto con su hermano menor Carlos a Valençay, están en palacios con
todas las comodidades, pero en realidad son prisioneros. Napoleón designa Rey de España a su hermano
mayor José Bonaparte. De este modo
indigno y relativamente sencillo, el Corso se adueñó del trono de España, y
quizás creyó que no le resultaría más difícil adueñarse de su Nación y su
pueblo.
El 2 de Mayo de 1808:
Mientras tenía lugar el
despojo de Bayona, la situación en Madrid comienza a ser explosiva. Fernando había dejado una Junta de Gobierno
que teóricamente debía ejercer el poder de España, aunque en realidad se había
convertido en un cuerpo títere por Murat, quien ejercía una función que
actualmente se podría calificar como “interventor militar” en España.
El odio de los madrileños
por los franceses iba a desatarse el 2 de mayo de 1808. Por un lado dos capitanes de artillería, Luis
Daoiz y Pedro Velarde encabezaban un plan para levantarse contra los invasores,
que no tuvo eco en sus superiores ni en el Ministro de Guerra de la Junta.
El hecho decisivo se
produjo cuando los franceses se disponían a llevar a la princesa María Luisa y
al hijo menor del Rey Carlos, Francisco de Paula –de solo catorce años- a
Francia como prisioneros junto al resto de la familia. Los españoles observan que el niño manifiesta
dolor al salir y reaccionan violentamente contra los franceses[4].
Las tropas francesas
disparan contra los manifestantes, y se producen reacciones contra los
invasores en toda la ciudad, en las que participan también mujeres, niños y
ancianos. Como el ejército español no
los secunda utilizan armas tales como navajas, cuchillos, hachas, palos y
piedras. No logran impedir que el grueso
de las tropas francesas ingresen a la ciudad y comience una lucha desigual en
la que mueren muchos madrileños antes de rendirse.
Daoiz y Velarde,
indignados, junto con otros oficiales, toman el parque de Artillería en el
Palacio de Monteleón y resisten durante varias horas el ataque de los
invasores. Ambos capitanes mueren
heroicamente en la defensa, junto con la mayoría de sus hombres[5]. Actualmente son considerados Héroes de España
y reciben el homenaje de sus camaradas de artillería todos los días 2 de mayo.
Es de destacar que en la
represión los franceses utilizaron los servicios de “mamelucos”, -mercenarios
turcos al servicio de Francia- que se caracterizaban por su ser crueles e
implacables.
Una vez terminada la
rebelión Murat dispone que todos los que habían sido tomados prisioneros
portando algún arma, sean ejecutados sin juicio previo. De ese modo, los días próximos son fusilados
cerca de mil españoles. El gran pintor
Francisco de Goya inmortalizó estos sucesos en varios de sus cuadros.
Estos hechos, lejos de
amilanar a los españoles, los llenan de indignación y se producen
pronunciamientos, iniciados por el del Alcalde del pueblo de Móstoles –cercano
a Madrid- rechazando la presencia del invasor francés y decidiendo resistir por
todos los medios a su alcance.
La Guerra de la Independencia ha
comenzado y van a participar en ella todos los sectores de la Nación hispana.
BIBLIOGRAFIA:
España Histórica de Antonio de Carcer de Montalbán
Ediciones HYMSA 1934.
Episodios Nacionales Primera Serie: La Guerra de la Independencia de
Benito Pérez Galdós Edición de Dolores Troncoso y Rodrigo Varela Año 2005.
[1] “..hidalgo
extremeño, de apuesta figura y agradable trato” Antonio de Carcer de Montalban: España
Histórica - Ediciones HYMSA 1934 pag. 978.
[2] “…era un mozo
robusto y de temperamento sanguíneo, de rostro poco agradable, pues la espesura
de sus negras cejas y la expresión singular de su boca hendida y de su
excelente nariz le hacia bastante antipático. …..su semblante alterado y hosco
indicaba el rencor de su alma”.. así describe al futuro Fernando VII, don
Benito Perez Galdos en Episodios Nacionales – 1a Serie – La Corte de Carlos IV .- Cap. X
pag. 189 Edición de Dolores Troncoso y Rodrigo Varela Año 2005.
[3] “el 5 de mayo de 1808 había firmado un
tratado con Napoleón, en virtud del cual renunciaba solemnemente a sus derechos
sobre el trono de España, a condición que se mantuviese la independencia de
España y la integridad del reino bajo el nuevo soberano que el emperador
francés determinase darle”. C. de Montalban, op. Cit. Pag. 1026.
[4] “..empezó a correr
la voz de que el infantito se resistían a salir de Madrid y estaba llorando
amargamente. ..Algunos
patriotas….empezaron a clamar ‘¡Traición! ¡Mueran los franceses!’, ..irrumpió en
el palacio la gente que se hallaba en la plaza y después de hacer entusiastas
manifestaciones de adhesión al infante don Francisco, acometió a un ayudante de
Murat que trataba de imponerse y cortó el correaje del coche que estaba
preparado para el viaje”. C. de Montalban – Op. Cit. Pag 1024.
[5] Benito Perez Galdos en su novela histórica
“El 19 de marzo y el 2 de mayo” da la siguiente versión de los hechos: El
jefe del movimiento Luis Daoiz, ofreció la rendición, pero fue insultado por el
jefe francés, y pese a encontrarse herido, fue muerto a bayonetazos. Su segundo Velarde, fue asesinado de un tiro
en la espalda. Benito Perez Galdos, op.
cit. Pag. 379.
Discreto articulo. Falta continuar porque la Guerra de la Independencia termino a fines del 1813.
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