Hoy despertó la mañana, soberana,
rotunda, con el sol queriendo escaparse desde el cenit, para apoyarse vaya a
saber donde…quizás en el corazón de alguno que lo espera, por que el frío,
sabe, es algo más que andar escaso de abrigo, es, andar escaso de patria.
No hay frío mas escandaloso, que
ese, de no saber donde está la patria, quien se la está quedando, y entonces,
pensé que hace muchos años, quizá 45 talvez 50, conocí un personaje casi un
quijote, de palabra larga y cautivante, que me dijo: “hermano, hay que hacer la
patria, esta que nos dejó San Martín, Belgrano y Rosas, entro otros” y le metió
canciones a esa angustia que le estrangulaba la garganta. Y allí estaba el Chacho,
el Arancibia, el que creo en mi corazón esta fuerza arrasadora que ha consumido
parte de mis tantos años.
Pero, aquí está ese corazón,
erguido, expectante, sabiendo que hay hombres y mujeres capaces de recrear de
una asombrosa manera, los cimientos de este país llamado “Patria”.
Yo era muchacho, recuerdo, y a
pesar de estar imbuido en una atmósfera izquierdosa y desasosegada, sentí que
era necesario transitar otros caminos, los de poner los ojos en otros hombres,
los nuestros, los que dejaron todo en el combate y en la palabra, para que nuestras mentes se transformaran en
pos de una libertad distinta, esta que no es, pero que será, por que por eso
lucharon aquellos, paladines bellos y valientes, soportando toda clase de
injurias, pero,,,,ya ve, las consignas fueron levantadas, la palabra ya fue soltada
y la sangre de aquellos, sirvieron para regar mi espíritu argentino.
Y los bendigo. A usted mi General del sable incorrupto, A
usted también mi general
Con sueños de bandera, y a usted
Don Juan Manuel, que escribió sencillamente como se debe hacer la patria.-
Y yo también le puse canciones,
quizás no tantas como debí haberlo hecho, pero, en lugar de buscar un argumento como pretexto, hoy busco la
mejor manera de exaltar las bases de una nueva soberanía, esa que me enseñaron
ellos.
No tengo armas, solo la inmutable
decisión de mi canto, levantado en pos
de mis sentimientos, por amor a los que creyeron en una patria distinta, sin
patrones, sin la extranjería dominante, solamente con hombres y mujeres de
buena voluntad, que ayudasen a abonar la tierra y plantar la simiente de esta
patria hermosa.
Yo también lo quiero, con mis
pequeñas fuerzas, pero con renovado espíritu argentino,
Colorado en el monte, barbado
soñador en Salta, guerrero inmaculado en las riberas, andino general en las
batallas.
Padres nuestros que están en el
bronce, ciudadanos del cielo, patriotas nuestros, quien sabe que pecho los contiene,
en que corazones están morando, pero se, que algún día, la patria los ha de
rescatar de los olvidos y los pondrá en el sitial donde deben morar los
elegidos de Dios.-
Aquí estamos, guerreros del
canto, con guitarra por lanza, para poner en el aire nuestro homenaje: VIVA LA PATRIA!!!
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