viernes, 18 de mayo de 2012

ACTIVIDAD ACADEMICA DEL INSTITUTO ROSAS

El día 9 de abril de 2011, se desarrolló en el Museo Regional Brig. Gral. Juan M. de Rosas de Gral. San Martín la conferencia sobre “La Platería en el Rio de la Plata” a cargo del Cont. Ricardo Pousa y se presentó : el libro “ La correspondencia Rosas-Ibarra y la Política interior 1827-1851 de Luis Alen Lascano, con un prologo del Dr. Pacho O ´Donell; y estuvo a cargo del Lic. Marco Roselli y del Prof. Alberto Bertozzi del Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche.- Dicha actividad contó con la presencia de numeroso público, y en especial el Dr, Alberto Gelly Cantilo a/c de la Presidencia del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas.-

jueves, 17 de mayo de 2012

Gibelino de las Pampas

Por Teofano

En estos días se celebra el nacimiento del mayor caudillo que existió en la historia de las Provincias Unidad del Río de la Plata: Don Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires, 30 de marzo de 1793 – Southampton, Hampshire, 14 de marzo de 1877).
De su tiempo quedo el recuerdo de un gran defensor de la religión Católica Apostólica Romana, pero con un elemento distintivo: su rechazo al guelfismo, al antiguo partido papal, que propugnaba la separación estricta entre Estado e Iglesia, la doctrina de las dos espadas del Romano Pontífice Gelasio I, que sucesivos gobiernos liberales y pro-masónicos profundizarían generándose una política estatal anticristiana que hasta el presente se vive en la Argentina y en el mundo que ha llevado a gobiernos a retirar las Cruces de lugares "públicos".
La vigilia con la bandera de la Santa Federación y el cuadro del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas
La postura de Don Juan Manuel de Rosas era la gibelina, o sea: la unidad entre Estado e Iglesia, la armonía entre la autoridad temporal y la espiritual. Ciertamente dicha postura era la ideal para los grandes Imperios que reunían pueblos de diferentes etnias y tradiciones culturales. Emperador y Patriarca gobernaban de la mano los destinos de millones. A pesar que la armonía no estaba garantizada, habiendo diferencias en las funciones de cada uno , injerencias jurisdiccionales, administrativas y hasta teológicas, sin embargo, no existía la terrible realidad del presente, donde la pelea persiste entre el poder temporal y espiritual en un grado donde los Estados garantizan a veces conscientemente el ateísmo de sus ciudadanos al no sostener ninguna religión, a quitarle todo espacio de difusión, al convertirla en un simple grupo de presión como cualquier entidad social que busca intereses económicos. El guelfismo triunfo, y paradojalmente, en lugar de fortalecer la Iglesia termina lacerandose por dentro al intentar reconquistar la Sociedad y Estado sumergido en el materialismo ateo.
Durante el periodo del Caudillo Gibelino, Don Juan Manuel de Rosas, hizo que la Confederación Argentina un proyecto no solo soberano, sino también religioso. Durante su periodo se consolida la Santa Federación de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Permite el regreso de la Orden de los Dominicos y Jesuitas que habían sido expulsadas por la Casa Real de los Borbones y por los “iluministas” del partido Unitario que terminaron aliandose con potencias extranjeras para someter a los caudillos de la Santa Federación.
Estas políticas le valieron al “Restaurador de las Leyes” –como se le denomino a Don Juan Manuel- el apoyo del clero católico romano en el país. Para Rosas, la iglesia era una de las más importantes instituciones que garantizaban el orden social y político, y la educación de los ciudadanos tan necesaria para consolidar la Santa Federación. Sin embargo, la orden de los Jesuitas terminó por realizar intrigas contra el proyecto federal, aliándose con sus enemigos: el partido unitario y las potencias extranjeras de Francia e Inglaterra que no gustaban de una nación libre, soberana y católica.
En aquellos tiempos donde existió armonía entre la Iglesia y el Estado, el cuadro del “Restaurador de las Leyes” estaba presente en las Misas, como antiguamente lo eran el de los Emperadores de Bizancio, los Zares de Rusia, los Reyes de España y tantos otros lugares del mundo donde el gibelinismo imperaba.
Rosas asumió la función simbólica del Teocrator al ejercer el derecho de patronato en lo relativo al nombramiento de los sacerdotes, manteniendo a distancia la jurisdicción papal, de forma respetuosa pero marcando su concepción gibelina.
El cuadro del "Restaurador de las Leyes" en la Capilla de Piedra de San Jorge, en el aniversario de su nacimiento.
La Iglesia y sus fieles celebraban en la Misa los triunfos militares de la Santa Federación. La Divisa Rojo punzó brillaba en todos lados, hasta en las imágenes de los Santos.
Durante su gobierno debió afrontar una crisis religiosa donde la sociedad, la Iglesia y hasta sus enemigos esperaron su decisión al respecto: en 1847, el presbítero Ladislao Gutiérrez se fugo junto con la hija de una importante familia patricia porteña, Camila O´Gorman, enamorada del presbítero. Huyeron robando bienes de la Iglesia y terminaron siendo capturados por las fuerzas policiales en la provincia de Corrientes. Llevados cautivos a Buenos Aires, estaba el dilema sobre la resolución del delito moral y legal. Algunos a favor del castigo, otros –los enemigos- burlándose de la afrenta religiosa de los fugitivos. El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, con poderes absolutos, responsable de la defensa de la Fe católica en tu tierra, Don Juan Manuel de Rosas, ordenó el fusilamiento de ambos.
Hasta el presente se presenta tal drama como un crimen del “Restaurador de las Leyes”. Nunca se desligo del hecho. Por el contrario, asumió la absoluta responsabilidad del mismo: “Soy, pues, el único responsable de todos mis actos; de los hechos buenos como de los malos; de mis errores y de mis aciertos” (Copia testimoniada por el señor Máximo Terrero y en el archivo de Adolfo Saldías.)
Muchos hipócritas que lo criticaron, terminaron destruyendo el proyecto de la Santa Federación, haciendo ingresar a la Argentina en las tinieblas: sucesivas crisis económicas, sociales y espirituales; destrucción de la soberanía nacional y de la cultura gaucha. El fin de una Argentina libre y profundamente religiosa dio paso a una nación que en el Siglo XXI padece una crisis que a pesar de la anestesia suministrada por los medios de comunicación, esta se sumerge en la ruina.
Este 30 de marzo de 2011, el cuadro del Caudillo Don Juan Manuel de Rosas retorno silenciosamente a un Altar, a la espera que el espíritu gibelino vuelva a soplar sobre las tierras de Argentum.
Xristos Anesti!

martes, 15 de mayo de 2012

Los ultimos días de Sarmiento

Por el Dr. Romelio Díaz Colodrero

El 28 de mayo de 1.888 Sarmiento desde Buenos Aires se embarcó en su segundo viaje a Asunción del Paraguay en el vapor de la carrera “Cosmos”, junto con su hija Faustina y su nieta María Luisa, alojándose en la casa que hizo construir meses atrás en las afueras de la capital paraguaya. Fue recibido en el puerto de Asunción por el Ministro Plenipotenciario Embajador argentino Dr. Martín García Merou y familiares de éste.
El prócer estaba reponiéndose de una bronquitis y los médicos le aconsejaron el clima más cálido del Paraguay, habida cuenta que además padecía de artritis y angina de pecho, isquemia del músculo cardíaco por alteración de las arterias coronarias.
Desde junio de 1.888 hasta semanas antes del deceso, el Maestro de América se dedicó a completar los arreglos de dicha modesta finca, plantar árboles, cultivar la huerta, hacer construir un pozo para extracción de agua, tareas físicas que según relatos de García Merou -quien habitualmente lo visitaba- le provocaron ”… la agitación nerviosa complicada por el ejercicio excesivo, lo predispuesto para la fatiga que sufría por la noche y el malestar general que señaló al comienzo de la enfermedad.”
En los primeros días de setiembre, García Merou ya lo vio solamente “sentado en un sillón de lectura, con la cabeza apoyada en el respaldo y los ojos entornados a medias, respirando con dificultad. He tenido un fuerte ataque que va pasando ya, me dijo entonces con voz apagada. Su mirada inerte, sus orejas descarnadas, lívidas y transparentes, la aspiración honda y dura de su respiración fatigosa, todo demostraba que su situación era crítica en sumo grado” (Martín García Merou, “Confidencia Literarias” trascripto en “Sarmiento y sus Fantasmas”, de Félix Luna).
El 11 de setiembre de 1.888 a las 2 y 15 de la madrugada se apagó la vida del gran educador y estadista, de un ataque cardíaco. Nacido el 15 de febrero de 1.811, tenía 77 años faltando poco más de 5 meses para cumplir 78. Ante la infausta noticia difundida en todo nuestro país, fue general la conmoción de los espíritus. Un día antes el Director de Correos y Telégrafos Dr. Cárcano había declarado que le llegó informe de una leve mejoría del ilustre enfermo, que en el dicho popular es esa última fuerza vital que precede a la muerte. Al atardecer del 11 ya los diarios argentinos difundieron la triste nueva, que si bien era esperada no dejó de producir honda consternación. Vibraron los hilos telegráficos en todas las direcciones y el país entero se preparó para recibir los restos de su dilecto hijo.
El Presidente de la República Dr. Miguel Juárez Celman decretó honores y días de duelo nacional, correspondiente a un Presidente en ejercicio del Poder Ejecutivo; y encomendó al Gobernador del Territorio del Chaco, General Dónovan, que con su Estado Mayor se trasladase a Asunción para hacerse cargo de la conducción del féretro hasta Buenos Aires por el Río Paraná, en el vapor de la carrera “General San Martín” hasta Rosario y desde allí a la Capital Federal en el buque de la Armada “General Alvear” escoltado por una flotilla de guerra.
La comitiva que acompañó los restos de Sarmiento estaba integrada, además de sus familiares, por Delegaciones del Paraguay, Corrientes y Misiones, presidida por el General Dónovan. A lo largo del Paraná, las aguas se ensanchaban apacibles al paso de la grandiosa carga, como si quisieran también rendir su homenaje al Profeta del Progreso, al “Testigo de la Patria” como lo llamara Borges en su único poema que le dedicó a un prócer argentino.
El primer homenaje en suelo patrio le fue rendido a Sarmiento por el entonces Gobierno de Corrientes. El Decreto del 14/09/88 firmado por el Gobernador Dr. Juan Ramón Vidal y su Ministro Dr. José E. Robert dispuso que el día de la llegada del vapor con los restos del prócer al puerto de Corrientes, y un día después, la bandera nacional permanezca a media asta; una comisión integrada por los Dres. José M. Guastavino, Juan Valenzuela, Juan A. de los Santos, Juan Esteban Martínez y Félix María Gómez y Sr. Justino Solari, fue encargada de recibir y desembarcar el féretro y acompañarlo hasta el Templo de la Merced para celebrar en él un oficio fúnebre con capilla ardiente, invitándose a concurrir a miembros del Poder Legislativo, Poder Judicial, Convención Reformadora, Cuerpo Consular, Corporación Municipal y empleados públicos; el Batallón Guardia de Cárceles rendirá honores en el puerto y hará guardia en la capilla ardiente, se hará una salva de 21 cañonazos y un disparo cada media hora después hasta el reembarco del féretro, reza el citado decreto.
Cabe acotar que ya en vida de Sarmiento, cuando su primer viaje a Asunción en junio de 1.887, el Gobernador Vidal por decreto del 14 de ese mes y año dispuso rendir honores oficiales de recepción al arribo del vapor de la carrera en el puerto de Corrientes “al benemérito ciudadano que ha prestado inmensos servicios a la educación del Pueblo Argentino, colocándose por tales conceptos su nombre al nivel de los más notables educacionista sudamericanos y que es un deber tributar honores a los hombres que tan abnegadamente han contribuido a la noble causa de la educación de la República”, según los fundamentos del decreto, el cual establecía que los alumnos de las escuelas con sus docentes y el Consejo Superior de Educación provincial en pleno concurran al puerto para saludar al ilustre viajero. Nos imaginamos la gran emoción y hasta las lágrimas del gran sanjuanino, luchador de todas las lides, al ver desde la baranda del buque la presencia de los niños y sus maestros en los muelles del puerto correntino, saludándolo con unción patriótica.
En su largo camino fluvial hacia el puerto de Buenos Aires, el segundo lugar donde fue bajado el féretro sucedió en Rosario el 19 de setiembre, para rendición de honores en la Plaza 25 de Mayo por las autoridades santafecinas, asistiendo a los actos delegaciones de provincias vecinas, unidades del Ejército y la Marina y cadetes del Colegio Militar, instituto que Sarmiento creó juntamente con la Escuela Naval durante su presidencia. Concluidas las ceremonias, el féretro fue depositado en el buque militar “General Alvear” y con flotilla naval de escolta arribó a la Capital Federal el 21 de ese mes, 10 días después del fallecimiento, para ser colocado en el Cementerio de la Recoleta. Pero antes del arribo, la nave militar conduciendo los restos del gran educador y estadista, atravesó el Delta del Paraná donde el Maestro de América tuvo una quinta en la isla Carapachay, lugar en el cual también dejó su huella del progreso plantando los primeros mimbres en el país y árboles frutales.
Hoy, a 123 años de la ausencia física del prócer, somos autores y víctimas de nuestras imperfecciones y desventuras, con el “atroz encanto de ser argentino” (Marcos Aguinis), instituciones débiles y progreso general incierto. Ese hombre que en este día honramos y cuya luz se apagó en las auras de setiembre, obrero tenaz y profeta visionario, “Sarmiento el soñador, sigue soñándonos” al decir profundo de Borges en su logrado poema.
Los argentinos contribuyamos a hacer realidad esos grandes sueños incumplidos. Las mejores espigas, los más altos logros, brotarán del ejemplo de los Padres de la Patria y de la rectitud, solidaridad y fuerza de nuestros espíritus.
(Bibliografía: Manuel Gálvez “Vida de Sarmiento”, Leopoldo Lugones “Historia de Sarmiento”, Ezequiel Martínez Estrada “Sarmiento”, Natalio R. Botana “Los Hombres del Poder”, Octavio R. Amadeo “Vidas Argentinas”, Alberto Palcos “Sarmiento”, Joaquín V. González “El Juicio del Siglo”, Augusto Belín Sarmiento, “Sarmiento Anecdótico”, Félix Luna “Sarmiento y sus Fantasmas”, Félix A. Chaparro “El Logista Sarmiento”).

lunes, 7 de mayo de 2012

Conferencia del Dr. Sulé

El Instituto de Investigaciones Historicas Juan Manuel de Rosas de General San Martin invita a Ud. a la siguiente conferencia que tendrá lugar el sabado 12 de mayo de 2012 a las 11.00 horas en el Museo Historico Regional Casa de Rosas, sito en la calle Diego Pombo 3324 de San Andres.

"El Mundo Aborigen y don Juan Manuel de Rosas" por el Dr. Jorge Oscar Sule.

Agradecemos su presencia y difusion.


Dr. Carlos De Santis Presidente