martes, 17 de abril de 2012

Teniente 1ro Estévez: un Héroe de Malvinas

Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al CMN 27 Feb 75 y egresó como Subt I en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del 02 de Abril de 1982 con el RI 25, siendo desplegado con la Ca I “C” del Regimiento en la localidad de Darwin.
Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House.
Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente.
- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino".
Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.
-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen" ...así fue la rápida arenga de Estévez.
Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto estarían inmersos en el combate.
- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.
- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.
- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.
- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería...- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.
- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" - gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo."
- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.
- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.
Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.
El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:
Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:
1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.
Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar.
Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡ O muerte ! Roberto.


Fuente: La Gazeta.com

jueves, 12 de abril de 2012

Arturo Sampay

Por Alberto Buela

Se conocen como "pensadores nacionales" a todos aquellos hombres y mujeres que han colaborado con su trabajo intelectual, artístico y cultural a explicitar todos o algunos de los rasgos que constituyen el fenómeno de "lo nacional argentino y/o iberoamericano".
La recuperación de la especificidad propia de "lo nacional" por parte de estos autores como objeto último y permanente de su actividad los ha llevado a algunos a la producción de denuncia, a la polémica económica, política, social, ideológica y a otros, a la investigación histórica, jurídica, teológica y filosófica. De modo tal que todos estos autores con metodologías diferentes según sea su ámbito de expresión y estudio, tienen en común por objeto propio la defensa de lo nacional, su recuperación y explicitación. Arturo Enrique Sampay (1911-1987) ha sido uno de ellos y fue uno de los más destacados pensadores nacionales cuyo campo de estudio fue el jurídico político.
Profesor universitario, autor de numerosos ensayos jurídicos, constitucionalista de origen católico, Arturo Sampay adhirió en 1929 a la campaña de Hipólito Irigoyen a favor de la nacionalización del petróleo. Al igual que muchos otros radicales, el movimiento militar del 4 de junio de 1943 lo llamará a colaborar en la función pública y a partir del 17 de octubre de 1945, será uno de los tantos ciudadanos que se incorporará al peronismo.
Se lo nombra fiscal de Estado de la provincia de Buenos Aires y en 1949 es elegido convencional constituyente, cumpliendo una destacadísima actuación en la Asamblea y transformándose en el miembro informante de la misma, que termina sancionando la Constitución Nacional de 1949, también llamada Constitución de Perón.
En 1952 la intolerancia política de la interna del peronismo lo lleva a exiliarse en Montevideo donde continuó con su producción jurídico-política. Con la revolución libertadora, mejor denominada fusiladora, de 1955, no varió su condición y recién pudo regresar en 1958 donde prosiguió su tarea de investigaciones y publicaciones, entre las que se destaca la revista "Realidad Económica" a partir de 1968, que lo tuvo como fundador y director.
En 1973 saludó la vuelta del peronismo al poder y recuperó la cátedra universitaria como profesor de derecho constitucional, aunque no ocupó cargos oficiales durante el gobierno justicialista. Enfermó mortalmente en 1976, según relatara su hijo Enrique, y falleció el 1 de febrero de 1987 en La Plata, su ciudad adoptiva.
La obra de Arturo Sampay se caracteriza por ser una producción de carácter jurídico-política. De la multitud de artículos, folletos y libros se destacan tres obras principales: La crisis del estado de derecho liberal-burgués (1942); El informe de la comisión revisora de la Constitución (1949) y Introducción a la teoría del Estado (1951). En su primera gran obra La crisis del estado de derecho liberal-burgués, Sampay enjuicia a liberalismo sosteniendo la tesis que "la democracia liberal, agnóstica y relativista, conduce fatalmente a la democracia cesarista". En una palabra, la democracia liberal por el hecho de negar a Dios, la verdad y la persona, genera por reacción la democracia totalitaria, sea el nazismo sea el marxismo. El estado de derecho liberal-burgués que aparece, históricamente, con la Revolución Francesa se encuentra, según Sampay, en su última etapa hoy en día, y su agente es "el burgués" tan bien pintado por Sombart, que trastocó felicidad por bienestar (posesión de cosas y valores utilitarios) por valores vitales y espirituales.
El Estado para Sampay no es un hecho natural según sostienen la teorías naturalistas sino es que es concebido como un ente de cultura, que como tal es inseparable de la cosmovisión del pueblo de donde surge. Esta vinculación entre cosmovisión y Estado lo ubica a Sampay en la tradición de pensamiento político que va de Donoso Cortés a Carl Schmitt, que sostiene que los Estados no pueden ser entes neutros como los estados modernos que son inmenantistas, que carecen de una visión trascendente porque representan teologías secularizadas.
Termina la obra estudiando las nuevas formas de Estado que se venían dando en su época: el Estado fascista, el nacional-socialista, el soviético y los Estados corporativos portugués e irlandés. Y es en esta última forma donde Sampay observa un sano esfuerzo por superar el estado de derecho liberal-burgués "sin recurrir a la absorción de la persona humana por parte de entidades colectivas hipostasiadas ".
En su segunda gran obra Informe de la comisión revisora de la Constitución, nuestro autor expone en lenguaje llano la medulares meditaciones expuestas con anterioridad en sus densos artículos La doctrina tomista de la función social de la propiedad en la Constitución irlandesa de 1937 de 1940 y La filosofía del Iluminismo y la Constitución Argentina de 1853 de 1943. En su Informe, Sampay distingue claramente entre la parte dogmática - donde se sientan los fines a lograr - y la parte orgánica - que fija los mecanismo del poder político- de la Constitución.
Denuncia la antropología liberal que informa la Constitución de 1853. Rescata los derechos sociales del pueblo trabajador, la función social de la propiedad, la dirección de la economía en función del bien común, el principio de reciprocidad de los cambios, la familia como sociedad primaria e indisoluble, los derechos de la ancianidad, los principios de la reforma agraria, la ilegitimidad moral de la actividad usuraria, la nacionalización de las fuentes de energía como bienes públicos que no se pueden enajenar a particulares para su explotación, la formación política del universitario, la educación del niño en la práctica de las virtudes personales, domésticas, profesionales y cívicas. Como puede apreciarse todo un programa de gobierno en orden a construir en la Argentina una Nación socialmente justa, económicamente libres y políticamente soberana, tal como lo planteará el General Perón en su proyecto político, expresado en el texto de La Comunidad Organizada (1949) como en el Modelo Argentino (1974).
Tenemos por último su principal obra científica Introducción a la teoría del Estado que comenzó a elaborar en 1947 y terminó y fue publicada en 1951. En ella, nuestro autor, brilla con todo su esplendor, su admirable erudición humanista le permite transitar con igual comodidad a los filósofos alemanes del siglo XIX como a los clásicos griegos y latinos de la antigüedad.
En cuanto a su contenido el trabajo se inscribe dentro de la gran tradición que parte de Aristóteles, continua con Santo Tomás de Aquino y descolló en el siglo XX con filósofos del derecho como Georg Jellinek, Hermann Heller y Carl Schmitt.
Somete a crítica las teorías idealistas del Estado en la línea que va de Kant a Kelsen y se vuelve a la descripción del Estado descarnada del realismo de Maquiavelo pero para completarlo y superarlo buscando los fundamentos metafísicos y gnoseológicos realismo tomista. Su teísmo metafísico y la aceptación de un orden moral objetivo, su naturalismo político (hacemos política no por contrato social sino por tendencia natural), su nacionalismo político y económico como único medio para liberar a la nación de su dependencia extranjera y su confianza en el juicio del pueblo(su popularismo y no populismo) como sujeto del poder constituyente de la Nación, han hecho que pueda definirse a Arturo Sampay como el padrino del constitucionalismo social.
Finalmente en 1973 publicó un último trabajo Constitución y Pueblo en donde recopiló toda una serie de artículos que venía escribiendo, la radicalización de alguno de ellos motivó las preferencias de sectores juveniles de la izquierda socialista más que peronista, que tiño en alguna medida, la actitud política coyuntural de nuestro autor durante los últimos años de su existencia.

jueves, 5 de abril de 2012

El Ermitaño de Burgess Farm

Por Raúl Lima

Hace hoy 134 años, el 14 de marzo de 1877, moría en Southampton (Inglaterra) don Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas, próximo a cumplir 84 años.
Hacía un cuarto de siglo que vivía allí. Vencido por Urquiza en la batalla de Caseros, tomó el duro camino del exilio, junto a su hija Manuelita, a su hijo Juan Bautista, a su nuera y a su nieto Juan Manuel.
Embarcados en el “Centaur”, trasbordaron al “Conflict”; después de un largo y accidentado viaje arribaron al puerto de Plymouth, donde las autoridades inglesas recibieron a Rosas con honores de jefe de Estado (lo que motivó una interpelación en el Parlamento inglés).
La familia se estableció en Southampton, primero en el hotel “Windsor” y luego en una gran casa alquilada: “Rockstone Place”, Carlton Crescent.. Al tiempo don Juan Manuel quedó solo, ya que Manuelita se casó con Máximo Terrero y se fue a vivir a Londres, su hijo Juan Bautista se fue con su esposa al Brasil y su nieto Juan Manuel quedó pupilo en París. (En Buenos Aires habían quedado su amante Eugenia Castro y los cinco hijos habidos con ella -Nicanora, Angela, Justina, Joaquín y Adrián-, a los que, si bien trató afectuosamente, nunca reconoció).
Casi agotado el escaso dinero que había llevado con él, decidió arrendar una pequeña chacra de 60 hectáreas, “Burgess Farm”, en las cercanías de Southampton, para establecerse en ella y ganarse la vida como agricultor, ya que era extremadamente ducho en las tareas rurales.
La inicua confiscación de sus cuantiosos bienes (y hasta los de sus hijos), obtenidos con duro trabajo antes de ingresar en la función pública (que Urquiza no pudo evitar debido a la segregación de Buenos Aires), lo sumió en la mayor pobreza. Gracias a la generosidad de Urquiza había logrado vender la estancia “San Martín” y parte de la platería de su casa, pero una nueva confiscación puso fin a los pagos que aún debía percibir. Desdeñó la casa principal con techo de paja que se encontraba en ruinas, y con el dinero percibido y su trabajo personal puso en condiciones los pobres “ranchos” que complementaban la granja; encaró una explotación en pequeña escala, modificando el terreno hasta que éste semejó un trocito de pampa argentina en tierra inglesa. Asombraba a los peones con su habilidad para el lazo y las boleadoras, y domaba sus potros.
Los primeros años, la aristocracia rural inglesa se desvivía por invitarlo a cacerías de zorro y carreras de caballo (enlazaba los ciervos por las astas y, una vez que rodó su caballo, salió caminando); las “ladies” admiraban a este maduro general a quien sólo su amigo Lord Palmerston se comparaba en gallardía. Pero, una vez agotados sus escasos fondos, su orgullo no le permitió aceptar más invitaciones que no podía retribuir. A partir de allí sus únicos y muy esporádicos visitantes fueron el cardenal Wiseman, el reverendo Mount (cura párroco), su médico Wibblin y lord Palmerston. También algún viajero argentino, que no podía resistir la tentación de ver a quien tan sobresaliente papel jugara en la historia de la América del Sur (tal la conocida visita de Vicente Quesada y su hijo Ernesto, y antes, en la casa urbana que no pudo mantener, la del célebre poeta Ventura de la Vega, quien elogió calurosamente su cultura literaria).
Trabajaba de sol a sol, y a los ochenta años seguía subiendo a su “oscuro” sin tocar los estribos. En un carretón sin toldo iba al pueblo a buscar las provisiones. Salvo ocasiones especiales, se cubría la cabeza con un viejo sombrero de paja de ala ancha.
De este largo tiempo de anacoreta, queda su copiosa correspondencia con su amiga Josefa Gómez, en Buenos Aires (hoy en el museo de Luján): “No fumo, no tomo rapé, ni vino, ni licor alguno, no hago visitas, no asisto a comidas ni a diversiones...Me afeito cada siete u ocho días para economizar. Mi ropa es la de un hombre común. Mis manos y mi cara son bien quemadas y bien acreditan cuál y cómo es mi trabajo diario incesante. Mi comida es un pedazo de carne asada y mi mate. Nada más”.
También de esta época es su “Dicionario y gramática de la lengua Pampa” (elogiado por Renán) y sus escritos sobre la ley pública, las religiones, y la ciencia médica.
A veces lo visitaba Manuelita con sus dos nietos ingleses, Manuel y Rodrigo, y el sol salía para el viejo solitario. (En el último tiempo, cuando su pobreza fue extrema y debió comer sus últimas gallinas y vender las dos únicas vacas que le quedaban, se acentuó su misantropía y pidió a su yerno que no lo visitaran).
Lo que más placer le producía era revisar sus legajos, cuidadosamente atesorados, ya que a ellos confiaba el juicio de la historia.
Conmueve leer el testamento de este Señor de la Pampa que, antes de entrar en la vida pública contaba sus peones por cientos, su ganado por decenas de miles y sus estancias por leguas (fruto de su trabajo, ya que la herencia paterna la renunció en beneficio de su madre).

En él figuran las cientos de miles de cabezas de ganado que le debía el gobierno de Buenos Aires. En contraste, lega a su amigo Roxas y Patrón la bandera que lo acompañó en la expedición al desierto y la espada con puño de oro que le obsequió la Sala de Representantes, pero aclara que “esa espada está sin la vaina, que he vendido para atender a mis urgentes necesidades”. Sobre su cadáver, dispone: “Será sepultado en el cementerio católico de Southampton hasta que en mi Patria se reconozca y acuerde por el Gobierno la justicia debida a mis servicios”. El 30-9-1989 fueron repatriados sus restos, con todos los honores.
Por fin, la Visitante que no podemos dejar de atender, toca a su puerta. Manuelita, avisada, llega desde Londres.
-¿”Cómo le va, Tatita”? -“No sé, niña...”. Y expiró.
En la mañana neblinosa, rumbo al cementerio católico de Southampton, corto es el cortejo y sencillo el féretro. Pero sobre éste luce una bandera argentina y un objeto al que un rayo de sol mortecino arranca un destello dorado: es el corvo glorioso que le legó San Martín.

La educación

Por el Profesor Carlos Adamo Barbera
¿Qué es la educación? Primeramente saber que educar es un arte e instruir es una ciencia. La educación del hombre pertenece a las leyes morales inscriptas en su propia naturaleza y de derecho natural "hábitus sinderisis". La instrucción pertenece a las leyes temporales físicas para desarrollar la inteligencia y la sabiduría, de derecho positivo "habitus Principiorum". El problema educativo se genera por la confusión del concepto "educación-instrucción". Se pretende solucionar males sociales que se muestran en la escuela, con técnicas pedagógicas propias de la instrucción. Las fallas educativas merecen un análisis profundo por ser la raíz de todos los males que afectan el orden social. Los gobernantes deben tener asesores conocedores del tema, que distingan y valoren lo educativo de lo cognitivo, para conformar un buen sistema de educación y enseñanza; especialmente para los ciclos primario y secundario donde se debe priorizar lo formativo, dejando la excelencia informativa al ciclo universitario. El primer gobierno que implantó un verdadero sistema educativo en Buenos Aires, fue el de Rosas en 1831, con el asesoramiento del Inspector General de Escuelas doctor Saturnino Segurola, quien inicia la restauración que padecían las escuelas, con el Tratado de las Obligaciones del Hombre; sistema que continuó en parte y por inercia, hasta el Primer Congreso Pedagógico que lo reemplaza la ley 1420. Analicemos: Bramel sostiene que la educación es un instrumento primordial, un medio poderoso para lograr una civilización mundial que apoye en todas las formas posibles la dignidad humana y el único poder que queda en el mundo. Lamentablemente el pragmatismo sigue vigente en nuestros ambientes docentes. El metodologismo que da más importancia al método que a los fines, a la información sin formación. Este vicio de la educación se dio entre nosotros a partir del positivismo que propicio la generación del ochenta y que el P. Leonardo Castellani lo denunció en su obra Reforma de la Enseñanza; con el nombre de "Normalisticismo", que tuvo en el pedagogo positivista Víctor Mercante uno de sus más destacados representantes. Sobre el afirmó Alejandro Korn en El intelectómetro (obras completas pag.681) que "conoce los métodos para enseñar todas las ciencias sin haber estudiado ninguna". El pragmatismo es responsable del divorcio de la filosofía y la ciencia en la escuela. Privado de fundamentos, el proceso enseñanza -aprendizaje, hoy la escuela poco enseña y nada educa, se ajusta a los dictados de las ciencias y de la didáctica, para alcanzar un producto que debe ser verificable, neutro y eficaz. El alumno hace cualquier contenido y el docente coordina tareas o debates si ellos lo permiten. La programática instrumentalista le indica, que no debe decirle a un alumno "sea obediente", porque una lectura estructuralista de esos términos le indica que su falta de uso impide la descodificación del mensaje. Tampoco puede castigarlos con tareas, porque esto generaría un conflicto emocional más grave. ¡La actualidad educativa lo demuestra!… Ricardo Levene, profesor en las universidades Nacionales de Buenos Aires y La Plata, en el colegio Nacional y Escuela Normal de Buenos Aires en su libro "Como se ama La Patria" aprobado por la Dirección General de Escuelas en 1912, como libro de Lectura para 4º, 5º y 6º y fuera prologado por el doctor Osvaldo Magnasco el 4 de noviembre de 1912, en el capítulo XVIII dice: En la escuela se instruye y se educa. La instrucción consiste en la transmisión de los conocimientos científicos que vigorizan la inteligencia del alumno. Pero la misión de la escuela consiste principalmente en educar, es decir, en forjar disciplinas y hábitos intelectuales y morales, por el ejercicio y el trabajo. Educar y no instruir, conforme a un pensamiento tan difundido como poco practicado.
Educar quiere decir formar a un hombre en la integridad de su conducta, en la
firmeza de su carácter, en la sinceridad de sus convicciones, en su moralidad sin
tacha, en su espíritu de acción y en el equilibrio armónico de todas las potencias
de su alma. Educar "educere" tarea y arte de sacar a la luz las virtualidades de la persona humana, a través de la comunicación y el ejemplo. Tiene como fundamento teológico una formación cristiana que atienda el bien espiritual, que impone el deber de educar en la Fe y en el Evangelio, no
olvidemos que nosotros nacimos a la sombra de la cruz que nos legó España a través de la evangelización que realizaron las misiones guaraníticas a partir 1536.
La actividad educativa es esencialmente ética, un movimiento intrínsecamente moral
porque la educación se centra sobre el concepto de persona, definida como "una sustancia individual de naturaleza racional", como lo entendió Boecio. La educación se da en lo social y que así como en el hombre hay una inclinación natural hacia lo social lo hay también hacia las virtudes, por eso el fin de la educación es inclinar la voluntad del educando hacia el bien común, al amor a la verdad, a la justicia y al
trabajo, con alto sentido de cooperación y responsabilidad. Expresa Santo Tomás "La educación es la conducción de los hijos al perfecto estado de virtud" (Cfr De Verit.q. XI "De Magistro") La conducción al estado perfecto de Virtud, es la finalidad propia del proceso educativo acorde con la antropología católica. Circunscribir la pedagogía a la acción, es negar la
capacidad de perfección del espíritu, llamado a las altas cumbres de la verdad, bondad y belleza (Piaget). Virtud significa la capacidad propia de los seres
humanos en orden a su integral composición Alma-Cuerpo, por lo tanto se refiere a las posibilidades físicas del cuerpo como a las del espíritu. De aquí se desprende que el educador debe poseer un conocimiento profundo de la psicología humana, así
como también de la antropología filosófica y teológica. La tarea del pedagogo no es una simple instrucción que deposita en el educando, sino una dinámica encaminada a la formación integral del alumno: Educación mas Instrucción, es decir, actitud
+ aptitud = perfección humana. No basta el proceso lógico de la inteligencia sino
que se necesita de una voluntad inclinada al bien por las virtudes morales.
Rosas en su decreto del 25 Mayo de 1844 dice: "La educación pública no solo debe perfeccionar la razón; si no también garantizar el orden religioso, social y político…" Sarmiento decía: "El Juez castiga el crimen probado, sin corregir al delincuente; el sacerdote enmienda el extravío moral, sin tocar a la causa que lo hace nacer; la policía reprime el desorden público, sin mejorar las ideas confusas que lo alimentan o las incapacidades que lo estimulan. Solo el maestro de escuela, con buen sistema educativo, puede curar radicalmente los males sociales." Perón en su libro "Conducción Política", pag. 302 dice refiriéndose a educación: "Primero formar buenas personas y después todo lo demás". El drama argentino en materia educativa, entre otras causas, se produce por la eclosión demográfica que trajo entre otros inconvenientes, el desmembramiento de grupos sociales marginales, que subordinaron el "orden de lo importante" al "orden
de las urgencias". Por tal motivo la Familia y la Escuela resultaron incapaces de encausar las exigencias naturales de la persona respecto a su triple dimensión cultural: Etica-Estética-Religiosa. Otra causa aun más grave que se descubre en el
trasfondo de esta situación, una dimensión cultural seglar que concibe la vida humana personal y social al margen de Dios y que lleva a un relativismo moral, que afecta a la concepción de la persona y de los vínculos humanos, en primer lugar del matrimonio y de la familia, pone en peligro la vida humana naciente, afecta seriamente la educación de niños y jóvenes, al no fundarla en una escala de valores que priorice la persona, el respeto a la ley y a la sociedad basada en la justicia, es decir, es un disolvente de nuestra cultura. Al respecto recuerdo a SS Juan Pablo II, cuando dice: "La historia enseña que destruyendo la cultura de una Nación, se destruye la nación desde el punto de vista neurálgico de su existencia." El que educa como el que camina, tiene un destino, un objetivo. El nuestro es el de la perfección humana, resaltando los valores permanentes y a los hombres que lo han practicado con el ejemplo, en su vida publica y privada, con subordinación ontológica y con unidad de conciencia. La educación griega, cuna de la cultura occidental, se basa en la formación del hombre dentro de los valores permanentes, a saber: Heroica (Poemas Homéricos): educación basada en el concepto del honor y caballerosidad. Cívica (Esparta y Atenas): severidad y dureza, educación social, musical y gimnástica. Humanística (Sócrates-Platón-Aristóteles): educación
filosófica. Helenística (Alejandrina): se acentúa lo intelectual con métodos de castigo corporales. Las ciencias ocupan lugar secundario; se establece el
Trivium - Quadrivium y culto a la verdad. Reflexión: Hoy predominan los sistemas pedagógicos impregnados de utilitarismo, pragmatismo, hedonismo, mecanicismo dialéctico, ideologías y políticas…. no educación trascendente sino instrucción para determinados fines temporales que el cientificismo de: Freire, Furter, James, Pierce, Darwin, Spencer, Hegel, Benttam, Derrida, Marcuse, Adorno, Haberna, Vattino, Nietzsche, Fromm, Melebranche, Dewey, Kant, Gramsei, Scheffer,Skinner, Neill, López Quintás, Russeau, Marx,Carcamo, Mazo y Orgaz; llevaron la educación mundial al desastre actual; donde el mayor drama de la humanidad es que ha perdido el sentido del pecado. El ojo iluminado por la fe, así como la mirada de todo hombre honrado, no le puede pasar desapercibido la ruina de las fundamentalesestructuras morales de la vida. También han bajado los niveles éticos y las familias son arrastradas en esta caída de los "toboganes": drogadicción, alcoholismo, violencia, terrorismo, asesinatos, depresión y suicidio.
No hay sistema educativo ni docentes que lo pongan en práctica. La educación verdadera, debe considerar la dimensión moral y religiosa del educando. La civilización cristiana esta en ruinas y no se podrá reconstruir si, aparte de la ayuda de Dios, los cristianos no reaccionan de inmediato. Pero únicamente el conocimiento de las causas reales de la actual situación permitirá luchar eficazmente. Si no se tiene un panorama verídico del pasado, no se puede entender el aciago presente y menos aun, evitar un futuro que se avizora más trágico. Se ha arrojado al hombre de sus estructuras sociales orgánicas, convirtiéndolo en esclavo, sin educación y despojado de todos los valores trascendentes porque a la idiotización y embrutecimiento televisivo se suma la alienación Informática; al revés del pasado donde el hombre solo se inclinaba a Dios, el Homocibernético actual se arrodilla ante la maquina. Ante esta fantástica, diabólica y global maquinaria de destrucción humana a través del camino de la corrupción, desorden, indisciplina, droga, sexo,dinero y semana larga… Sin Dios y sin justicia; donde la propia escuela es un lugar peligroso para niños adolescentes y maestros. La inseguridad no solo afecta a vidas y bienes, sino también a lo previsional, hospitalario, alimentario y farmacologico. La sociedad confundida representa la belleza femenina en un hombre, acepta el divorcio vincular, el aborto, el matrimonio entre el mismo sexo y otorga título de nobleza a la homosexualidad. El delito y la vagancia son lo habitual y la honestidad y trabajo lo eventual. Señales de profunda y severa crisis social, por lo que estimo que la solución a tantos males, no pasa por la balanza de pagos, ni por los dólares, pesos o euros, tampoco por los presupuestos deudas huelgas o paros, ni por el odio, venganza o cárceles. La solución a largo plazo, pasa por implantar y sostener un buen sistema educativo apoyado y movilizado por todos los sectores y recursos del estado. Donde la excelencia se acentúe en los valores más que en los contenidos, acorde a nuestras tradiciones y experiencias históricas. Fortaleciendo la familia y la iglesia, que siempre fueron los pilares educativos. Reeducar a padres y docentes, que hagan de sus funciones un verdadero apostolado de responsabilidad amor tutela y verdad. Se debe volver a la ley 4031 que durante 90 años, formó buenos ciudadanos con identidad nacional. Colaboró eficazmente con la ley 1420 en la alfabetización y educación del pueblo argentino, como lo demostró el tercer censo nacional del 1º de junio 1914. La pedagogía, didáctica, contenidos y presupuestos,deben ser un complemento logístico que apoye técnica y materialmente, al acto educativo; y así lograr el objetivo fundamental: "La perfección humana".