martes, 30 de noviembre de 2010

Institucional

INSTITUTO DE I. HISTORICAS JUAN MANUEL DE ROSAS DE GRAL. SAN MARTIN



INVITA AL CIERRE DEL AÑO ACADEMICO


Sábado 4 de diciembre de 2010 a las 11.30 horas



Museo Historiográfico Regional Brig. Gral. Don Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martin

Diego Pombo 3324 de San Andrés, Gral. San Martín


Conferencia


Reflexiones Históricas, Jurídicas y Sociales.

Dr. Carlos Alberto De Santis



LA PLATERIA. Historia y diseño.-

Ctador. Ricardo Pousa.-

domingo, 28 de noviembre de 2010

Comunicado del Instituto de Investigaciones Históricas J.M. de Rosas de Gral. San Martín

EL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTORICAS JUAN MANUEL DE ROSAS DE GRAL. SAN MARTIN, AGRADECE AL PODER EJECUTIVO NACIONAL LA DECLARACION DE FERIADO NACIONAL EL DIA 20 DE NOVIEMBRE, FECHA EN LA CUAL HACE 165 AÑOS SE DESARROLLO “LA VUELTA DE OBLIGADO”, UNA DE LAS BATALLAS LIBRADAS POR LA CONFEDERACION ARGENTINA EN LA GUERRA DEL PARANA CONTRA LA FLOTA ANGLO-FRANCESA. ASIMISMO, RESALTA EL IMPORTANTE HOMENAJE CELEBRADO EN LAS BARRANCAS DEL PARANÁ, Y LA INAUGURACIÓN DE TAN SIGNIFICATIVO MONUMENTO CON CADENAS QUE SIMBOLIZAN LA GESTA HEROICA.-

DICHOS ACTOS DE GOBIERNO REIVINDICAN EN FORMA PUBLICA LA FIGURA DEL BRIGADIER GRAL. DON JUAN MANUEL DE ROSAS UNICO E INCOMPARABLE DEFENSOR DE LA SOBERANIA NACIONAL, Y QUE RECIBIERA EL LEGADO DEL SABLE DEL GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN, COMO TESTIMONIO DE SU INCLUDICABLE LUCHA EN DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO NACIONAL.

LA LUCHA EN LA DEFENSA DEL BUEN NOMBRE, LA DIFUSION DE SU VIDA EJEMPLAR Y LOS ACTOS DE GOBIERNO DE DON JUAN MANUEL ROSAS FUE Y SERÁ NUESTRO OBJETIVO.-

VIVA EL PADRE DE LA SOBERANIA NACIONAL

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Arturo Pellet Lastra: Doctor en Derecho y eximio historiador.


Alberto Gelly Cantilo diserta...Arturo Pellet Lastra y nuestro Presidente Carlos De Santis escuchan...



el Dr. Alberto Gonzalez Arzac y el lamentablemente desaparecido Enrique Oliva.


compañeros del instituto: Mario Fraire, Mario Di Blasio, Jeréz y el inolvidable Hugo Ortiz de Rozas...


Dr. Carlos De Santis, Profesor Roberto Clemente y Dr. Carlos Torreira


Hace 20 años...Mario Fraire, Mario Di Blasio, Julio Otaño, Jorge Perrone, Luis Agosta, Jaime González Polero, y Mario Grasso


conferencia en el Museo Rosas: Profesores Barros, Otaño y Grillo

Tte Cnel Morales, Profesora Barros y Dr. Otaño.

Dres De Santis, Sulé y Otaño

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Imágenes del Instituto III





Arturo Pellet Lastra: Doctor en Derecho y eximio historiador.


Alberto Gelly Cantilo diserta...Arturo Pellet Lastra y nuestro Presidente Carlos De Santis escuchan...



el Dr. Alberto Gonzalez Arzac y el lamentablemente desaparecido Enrique Oliva.


compañeros del instituto: Mario Fraire, Mario Di Blasio, Jeréz y el inolvidable Hugo Ortiz de Rozas...


Dr. Carlos De Santis, Profesor Roberto Clemente y Dr. Carlos Torreira


Hace 20 años...Mario Fraire, Mario Di Blasio, Julio Otaño, Jorge Perrone, Luis Agosta, Jaime González Polero, y Mario Grasso


conferencia en el Museo Rosas: Profesores Barros, Otaño y Grillo

Tte Cnel Morales, Profesora Barros y Dr. Otaño.

Dres De Santis, Sulé y Otaño

Imágenes del Instituto II

Imágenes del Instituto



Comunicado del Instituto de Investigaciones Históricas J.M. de Rosas de Gral. San Martín

EL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTORICAS JUAN MANUEL DE ROSAS DE GRAL. SAN MARTIN, AGRADECE AL PODER EJECUTIVO NACIONAL LA DECLARACION DE FERIADO NACIONAL EL DIA 20 DE NOVIEMBRE, FECHA EN LA CUAL HACE 165 AÑOS SE DESARROLLO “LA VUELTA DE OBLIGADO”, UNA DE LAS BATALLAS LIBRADAS POR LA CONFEDERACION ARGENTINA EN LA GUERRA DEL PARANA CONTRA LA FLOTA ANGLO-FRANCESA. ASIMISMO, RESALTA EL IMPORTANTE HOMENAJE CELEBRADO EN LAS BARRANCAS DEL PARANÁ, Y LA INAUGURACIÓN DE TAN SIGNIFICATIVO MONUMENTO CON CADENAS QUE SIMBOLIZAN LA GESTA HEROICA.-

DICHOS ACTOS DE GOBIERNO REIVINDICAN EN FORMA PUBLICA LA FIGURA DEL BRIGADIER GRAL. DON JUAN MANUEL DE ROSAS UNICO E INCOMPARABLE DEFENSOR DE LA SOBERANIA NACIONAL, Y QUE RECIBIERA EL LEGADO DEL SABLE DEL GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN, COMO TESTIMONIO DE SU INCLUDICABLE LUCHA EN DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO NACIONAL.

LA LUCHA EN LA DEFENSA DEL BUEN NOMBRE, LA DIFUSION DE SU VIDA EJEMPLAR Y LOS ACTOS DE GOBIERNO DE DON JUAN MANUEL ROSAS FUE Y SERÁ NUESTRO OBJETIVO.-

VIVA EL PADRE DE LA SOBERANIA NACIONAL

Homenaje al Profesor Carlos Adamo Barbera

El domingo 19 de septiembre a las 20 hs. en la Catedral de San Martin se efectuó un Concierto en homenaje al Profesor Carlos Barbera, en su caracter de músico y compositor.

Actuó la Coral San Andres que interpreto diversas obras populares y religiosas dirigida por la Profesora Adriana Barbera, y el trompetista Guillermo Barbera, ambos sobrinos y discipulos del Profesor.

Al finalizar interpretaron la Marcha Cancion del Bicentenario cuya letra y musica son de Carlos Barbera, que debio ser repetida a solicitud del numeroso publico presente.

El Instituto de Investigaciones Historicas Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martin adhirió al homenaje brindado a su digno consocio, con la presencia de su Presidente el Dr. Carlos Alberto De Santis y su Vicepresidente el Tcnl (RE) Horacio Morales, quienes felicitaron calurosamente al homenajeado.

Reflexiones

Por el Licenciado José Luis Muñoz Azpiri
La Argentina aparece ante los ojos europeos cuando se está erigiendo la basílica romana de San Pedro, gobierna León X y es excomulgado Lutero. Funda Buenos Aires un soldado español que ha participado en el saqueo de Roma junto con tropas alemanas. La segunda y definitiva fundación de la ciudad ocurre mientras Vignola alza la iglesia de Jesús en Roma, primer templo jesuítico del mundo. Desde entonces, y hasta 1810, cuando proliferan los reinos napoleónicos y el Gran Corso firma la paz de Viena, vivimos la existencia de reino feliz y emprendedor de la corona de España. En tanto en Europa arde la llama luterana, los jesuitas adoctrinan las tribus del Orinoco y el Plata. España declara, en medio de las selvas y el trópico americano, que la raza humana es una sola y que “Dios, Nuestro Señor, que es único y eterno, hizo un hombre y una mujer de los cuales todos descendemos”. Los indígenas americanos son elevados a la categoría moral de los europeos y sobre dicha proclama filosófica se alza el monumento del derecho indiano que regirá casi todo nuestro pensamiento jurídico hasta el siglo XVIII. Los Cronistas de Indias, que el propio Edward Fueter exalta en su verdadero mérito profesional, yerguen el pórtico de la inteligencia y el espíritu de la América española trazando los perfiles de nuestra credencial humana y explicando nuestra justificación universal. América es la pedana de la Contrarreforma. Los estudios de Heinrich Wolffin han revalidado los valores estéticos adscriptos a dicha manifestación teológica del “Gran Experimento”. El arte jesuítico es la musa del porvenir, la tensión vibrátil, el triunfo de lo inestable y mudable. La fórmula “dionisíaca” de Nietzsche se relaciona con los goces de la infinitud que proporcionan los cuadros del Greco, los frontis barrocos.
España funda en el virreinato del Río de la Plata dos universidades filosóficas. Mejor dicho, teológico-humanistas. Los centros de estudio de Córdoba y de Charcas crean en la Argentina el hombre humano, el “humanista” cristiano que pone de moda en Europa, Juan Luis de Vives, padre la psicología moderna. Es difícil descubrir hoy día la huella de este ponderado equilibrio: Las casas universitarias austríacas y borbónicas crean en el estudioso argentino la conciencia científica más alta al dar a conocer a éste lo que cada cosa significa y su valor en el conjunto de las cosas. Enseñan la única sabiduría posible, aquella que se funda en lo absoluto y universal. En Córdoba y el Altiplano se forja el cerebro de la mayor parte de los pensadores de la Revolución. Más tarde, el pensamiento se regirá por experiencias sensibles, abominando de los frutos de la deducción y trasladando el ejercicio de la inteligencia al plano de lo dudoso e hipotético.
El pensador que ejerce mayor influencia en la Argentina, en los siglos XVII y XVIII es el andaluz Francisco Suárez, considerado entre nosotros como el lúcido y representativo filósofo posterior al Renacimiento. El suarismo transforma a Córdoba (de la Nueva Andalucía) en una Salamanca o Sorbona en lo relativo a la seriedad de los intentos y los estudios. Se ha llamado a Suárez “el segundo Aquino”. Los jesuitas de la colonia se plegaron también al movimiento de restauración de estudios inspirado en la teoría de Santo Tomás.
En 1806 y 1807 los ingleses invaden Buenos Aires y son derrotados ambas veces; las playas criollas brindan a España el desquite de Trafalgar. La irrupción británica pone en revulsión ideas que se habían mantenido estables durante más de dos siglos. Se expone el punto de vista de las ideas de Calvino acerca de la santificación del éxito, la consagración del triunfo material. Quién gana tiene razón. E Inglaterra parece, desde hace un siglo, que estuviera habituada “a ganar”. Las ideas de John Locke han arraigado en la América inglesa y en Francia. Comienza un período de gran agitación y angustia intelectual. Las facultades intelectuales de la Colonia entran en juego libre y son puestas en función por la Revolución de Mayo. El triunfo sobre los ingleses desemboca en la victoria de 1810, y dicha revolución, en el nacionalismo político.
Veinte años más tarde, el argentino intelectual se preocupa por definirse a sí mismo y definir el temperamento patrio. A la vez, descubre nuevos caminos en el viejo mapa hispánico. Se debaten los viejos temas de la Ilustración, la fisiocracia, la política teórica británica, el economismo y el sentimentalismo rousseauniano que había hecho arrancar lágrimas al joven Napoleón.
Las doctrinas suaristas y tomistas acerca del fundamento popular de la soberanía que se enseñaban en Córdoba, proveen la base del fermento revolucionario de 1810. La propia España preparó nuestra Revolución como lo hizo Inglaterra con América del Norte mediante el ejemplo de la tradición parlamentaria y las enseñanzas de Locke. Un estudiante de Salamanca, Manuel Belgrano, es el representante del movimiento emancipador argentino mientras un soldado del rey, en España, José de San Martín, es autor de la primera tentativa de “liberación latinoamericana”, como hoy se dice, con punto de partida y asiento estratégico en Buenos Aires. Estos datos sientan dos nociones que debemos dejar precisadas desde ahora: la unidad histórica argentina indivisa entre el período hispánico y el autónomo o independiente y el contacto en la Argentina de las ideas puras con zonas alejadas aparentemente de su influencia, como la política y la economía. El modernismo querrá torcer ese rumbo a principios del siglo XX, pero sin resultado. El escepticismo, la indiferencia moral y política y el exotismo no son plantas vernáculas entre nosotros. La botánica nacional no las admite. La historia de la mentalidad argentina es la del pensamiento español y americano con influencias francesas e inglesas, transformado en acción social. Nuestra torre de marfil es torre sienesa, con merlones y aspilleras apercibida para el ataque y la defensa diarias.
La búsqueda de Canaán
En el período independiente la cultura argentina alimenta los ideales colectivos, aspirando a arrancar del marco profesional el pensamiento, prosa y poesía. Aún cuando cambie de aspecto con las diversas apreciaciones filosóficas que exige la marcha del tiempo, la cultura determina la condición del hombre en cada época y en cada lugar. En este período señalamos una época de fermentación de ideas y propagación difusiva de las producciones del intelecto. En ocasiones, la agitación y la difusión no corresponden con los valores de permanencia de la obra.
Se inicia la gran expedición exploradora del siglo XIX. Es una centuria abierta por Bonaparte, un hombre de acción, y clausurada por Emilio Zola, un heraldo de la acción social. Romanticismo y positivismo, revolución y restauración. Fechas: 1830, romanticismo, 1859, publicación del “Origen de las Especies”; 1893, “Datos inmediatos de la conciencia”, de Henri Bergson. Darwin concibe, en un viaje planetario durante el cual visita la Patagonia, en 1833, su teoría de la evolución. Conoce a Juan Manuel de Rosas, una fuerza de la naturaleza americana, donde se proyectan nuestras virtudes y nuestros defectos como en un colosal espejo cóncavo y en torno del cual se plantean los problemas de la razón de Estado, la dictadura legal, la extensión del concepto de gobierno popular, la órbita de la política y su integración ética, la conciliación entre utilidad y conciencia o entre ley y libertad y la armonía entre hombre y Estado. El pensamiento argentino durante medio siglo estará emparentado con la problemática de la voluntad y el brazo de Rosas. El libro de Darwin multiplica su retrato por el mundo.
El siglo XIX ha sido vilipendiado: “estúpido”, se le llamó. No creemos lo fuese por sus errores y equívocos sino por la absorción infrecuente de realidades a que obligó a una humanidad que no contaba con elementos suficientes para clasificarlos y sistematizarlos. Hablando concretamente, en el siglo romántico suceden muchas cosas. Las cabezas vacilan en semejante mare-mágnum.
En el aspecto local, tan solo en los casos de Rosas, la literatura gauchesca y el peronismo, la Nación ha actuado “da se”, en el sentido imperioso que se otorga a esta expresión en Italia. Estalla en el “Año X” una revolución que sueña con la libertad de todo alumbrada por el espíritu de los mejores. Sus cerebros, Moreno, el deán Funes, Belgrano y Monteagudo, comprenden súbitamente el carácter “americano” de la jornada. La Argentina liberta a seis naciones hermanas. El desgaste de la jornada engendra la anarquía y la restauración rosista. Rosas es una variante criolla del “restaurador orbis” romano, del salvador del mundo antiguo.
Sobreviene luego nuestro 1848, la Constitución de 1853. Se abre el lapso “tercera república”, que dura casi hasta la segunda gran guerra, influido por el empirismo y el cientificismo positivista. Nuestras musas son los hechos; nuestros dioses, el ferrocarril y los laboratorios. La generación de 1880, cuyo “modelo” rige hasta la muerte de Lugones y el prólogo de la hecatombe nietzscheana de 1939, extrema dichas ideas hasta la exasperación. Sarmiento declara: “Hagámonos los Estados Unidos”, Pellegrini exclama en Roma: “Nos salvaremos a fuerza de ser ricos”. Por primera vez en el mundo, se pospone la gracia divina a Mammón. La Argentina intenta salvarse a través del Becerro de Oro. Cuando alguien declara que no se puede servir a Dios y a Mammón, la divinidad del dinero, descubre bien pronto que Dios no existe. Pero ni somos ricos ni nos hemos salvado, como comprobamos ahora.
Alberdi, Sarmiento y López difunden el pensamiento empírico y positivo; lo cierran y superan Leopoldo Lugones y los escritores, universitarios, poetas e historiadores políticos agrupados en torno a centros de pensamiento como la facultad de Filosofía porteña, la Universidad de Córdoba, donde se inicia la revolución universitaria mundial, según la revista Facetas de Estados Unidos, medio siglo antes del triunfo de Marcuse, y núcleos de revisión filosófica e histórica cuyas teorías, divulgadas y generalizadas por una nueva prensa que comienza a florecer en torno de 1940, abren el camino del actual estado social.
El retorno a la Edad de Oro
Dicho fenómeno consiste en lo siguiente: las masas, consideradas hasta ayer como motores de acción irresponsable, e incapaces colectivamente de cumplir una misión consciente, se transforman en actores principales y corifeos del drama humano espiritual, social o político del país. Un pueblo entero alcanza la autoconciencia. En la alborada del Bicentenario, la Argentina se transforma en un noble laboratorio de experimentos sociales y cultura colectiva. Los rezagos liberales se confunden con las avanzadas nacionales y populares en el 2010 como las aguas turbias del Plata con el añil ultramarino de la embocadura del río materno (“argentino” significa “platense”). Los nuevos escritores sostienen coordenadas espirituales comunes. Creen en el destino universal y mesiánico de la Nación (“¡Hay en la tierra una Argentina!” como proclamó Darío). El país, pese a la incredulidad de muchos, tiene un destino profético, idea que surge espontáneamente en 1810 y se aplica a los ideales liberales. Se exalta la personalidad de la historia argentina como norma superior ética (San Martín en Guayaquil). Arraiga el convencimiento de que debemos desarrollar una especie de lección humana de generosidad y sentido festival y casi deportivo de la vida regido por las supremas categorías latinoamericanas de la sobriedad y la delicadeza. Ha existido una época de oro, una edad saturniana, en que el hombre era imagen de Dios. Y todas las cosas, como canta el salmo del poeta David, “eran esclavas del hombre”. Desde hace demasiado tiempo nuestra inteligencia se halla consagrada al servicio de las cosas. Una nación, cuyo héroe civil continúa siendo Sarmiento, un educador, lo menos que puede exigir de sí misma es liberar a sus hijos de la ignorancia, la miseria y el crudo materialismo y hacer que las cosas vuelvan al cometido bíblico de subordinarse a la voluntad del hombre. Tal es la tarea que compete al pueblo del Bicentenario.

La Cultura

Por el Dr. Carlos A. De Santis
La cultura es fruto de un proceso evolutivo, no es dada o incrustada en cada persona. Se trata de un proceso dinámico y solo sostenido por los valores objetivos y supremos.-
Nosotros venimos a asumir los retos y ser parte de la actualidad, en estos tiempos confusos y turbios, donde la cultura se mezcla con la política de turno, y es ganada por el hastío y la vulgaridad; como asimismo, la justicia está siendo sometida en gran parte al poder político de turno.-
Muchas veces observamos asombrados la demolición de los cimientos de la historia, donde los educandos o los medios de comunicación cuentan y novelan a las nuevas generaciones una historia que dista mucho de ser la verdadera.-
Por momentos la corrupción llámese: Superficial, coyuntural o estructural sistémica, invade toda la comunidad sin exceptuar a ningún estrato social.-
Queremos con nuestro actuar ser un "Despertador de esperanzas y conciencias"
Al trasmitir nuestro pensamiento queremos dejar al otro un espacio de creación.-
La transmisión no es un acto neutro, sino un enlace para un elegir.-
La verdad es que el pasado no se puede separar del presente y viceversa, están concretamente interrelacionados. Conocemos el presente por el pasado, y a partir de allí nos proyectamos al futuro. Si nos relatan los hechos del pasado en forma incorrecta, parcial e intencionada, surge con plena vigencia el apotegma político: "Cambia los hechos y la interpretación del pasado, para manipular a tu exclusivo beneficio el presente, y así dominar el futuro de los pueblos" El silencio, el ocultamiento, el temor, el olvido, la tergiversación de los hechos, han sido los
mecanismos que han recurrido los que manejan los hilos del poder, para engañar a los hombres.- "La patria será siempre lo que los ojos ven por primera vez, junto con la luz del mundo y como su morada primordial; y aunque no se la describa, será también su reconocida seña de identidad".-
El instituto cumplió 60 años de vida tratando de trasmitir los pensamientos: de ayer y de hoy, que crearon y sostienen a nuestra querida nación.-
Venimos a ofrecer a nuestros lectores una publicación realizada con esfuerzos personales, artículos esclarecedores de los aconteceres históricos y en especial la etapa de la Confederación Argentina, tan importante constructora de las bases patrias, como difamada y oculta en los libros de enseñanza.-
Esperamos continuar con este esfuerzo, que tiene como destinatario la cultura nacional, el sostenimiento de aquellos valores que construyeron la trama social de la argentinidad y la reconciliación histórica de todos los habitantes del país.-
Nuestra postura es apasionada pero viene a representar la verdad histórica con la vívida descripción de episodios fundamentales de nuestra historia, que fue y es ocultada en forma persistente, sistemática e intencionada.-
La evocación histórica nos acerca a la comprensión y los secretos de la realidad y la acción, porque hay una nueva generación argentina que hoy debe tomar la palabra, y cabalgar la evolución con verdad y grandeza, porque pronto ha de tomar a su cargo la continuidad de nuestra querida, sufrida y heroica historia nacional.

Jornadas en Homenaje a Methol Ferré

Nuestro amigo y colaborador Alberto Umpierrez nos envia informacion de estas jornadas:

Se realizarán en la Universidad de Montevideo los días lunes 16 y martes 17 de agosto.Programa de las jornadas académicas sobre Alberto Methol Ferré
18:00. Apertura de las Jornadas.
Lunes 16:
18:30. Presentación del libro de Javier Restán Alberto Methol Ferré. Su pensamiento en Nexo. Dra. Luisa Peirano, Prof. Elbio López, Lic. Ramiro Podetti.
19:30. Café.
19:45. Lectura del acta por la que se impone el nombre de "Alberto Methol Ferré" al Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Montevideo.
20:00. Conferencia del Dr. Pedro Morandé (Universidad Católica de Chile).
09:00. Comunicaciones.
Martes 17:
10:30. Café.
10:45. Panel: "La visión histórica y las funciones de la Historia en Alberto Methol Ferré":
-Prof. Elbio López: "La Teología de la Historia en A. Methol Ferré".
-Dr. José Rilla: "Los usos de la Historia en A. Methol Ferré".
-Dra. Bárbara Díaz: "Iberismo y latinoamericanismo en la visión histórica de A. Methol Ferré".
16:00. Comunicaciones.
18:00. Café.
18:15. Colocación del cuadro del Prof. A. Methol Ferré en el Salón de Grados de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Montevideo.

18:30. Panel "Política y Geopolítica en Alberto Methol Ferré":
-Dr. Miguel Ángel Barrios: "El concepto de «Estado continental industrial» en A. Methol Ferré".
-Dr. Romeo Pérez Antón: "A. Methol Ferré y sus adscripciones políticas".
-Dr. Gerardo Caetano: "Pensando a América Latina desde Uruguay: de José Enrique Rodó a Alberto Methol Ferré".
Moderador: Lic. Ramiro Podetti.
20:30. Palabras de cierre. Lic. Ramiro Podetti, Director del Instituto de Estudios Latinoamericanos "Alberto Methol Ferré".

Campana un precursor

Por el Licenciado Alberto Umpiérrez

La gestión de Joaquín Campana como Secretario de Gobierno de la Junta Grande El primer efecto positivo del gobierno de Joaquín Campana consiste en favorecer la insurrección popular en la Banda Oriental, dejándole ejercer un notorio protagonismo a José Artigas, que este aprovecha hasta lograr su resonante triunfo en la Batalla de Las Piedras, el 18 de mayo de 1811, sitiando por tierra la fortaleza de Montevideo. Este éxito inicial obviamente consolida la posición política de Joaquín Campana, de Cornelio Saavedra y de la Junta Grande, y por lo mismo resulta muy molesto para sus adversarios, quienes procuran estancar la situación y evitar un asalto sobre Montevideo. El segundo efecto positivo está vinculado a la normalización de las relaciones de Buenos Aires con el Paraguay, a pesar de la guerra fratricida que se le había impuesto. En las jornadas del 14 y 15 de mayo de 1811, el Gobernador español del Paraguay, Bernardo de Velazco, es destituido y en su lugar se instala una Junta de Gobierno integrada por Fulgencio Yegros, Pedro Caballero y el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, actuando como Secretario Fernando de la Mora
Las relaciones comerciales con el Imperio Británico se fueron reduciendo (pese a las gestiones de Lord Strangford), al imponerse por el gobierno de Campana cada vez mayores restricciones a la importación de géneros ingleses con destino a las Provincias y a la venta en Buenos Aires de mercaderías al menudeo por parte de extranjeros. Además se siguió una política muy estricta en materia fiscal, persiguiendo particularmente a los importadores que debían a la Aduana, aplicándoseles un interés del 6% sobre sus mercaderías.
Todo parecía marchar bien para el gobierno de Joaquín Campana, pero la actividad conspirativa de la “Sociedad Patriótica” comienza a adquirir un ritmo frenético. Las calles de Buenos Aires se llenan de volantes anónimos en tono despectivo hacia los provincianos en el gobierno de la Junta: "Os gobiernan el potosino Saavedra, el cordobés Funes, el correntino Cossio, el tucumano Molina, el montevideano Campana, todos forasteros. ¿En esto han venido tus glorias y tu nombre, Buenos Aires?".
Paralelamente, el llamado “Ejército Pacificador de la Banda Oriental” enviado por el Rey de Portugal al mando del Gobernador y Capitán General de Rio Grande, Diego de Souza, cruzan el río Yaguarón el 21 de julio de 1811, apoderándose de la Villa de Melo el día 23. El 30 de agosto los portugueses toman por asalto la ciudad de Paysandú, heroicamente defendida por el Capitán Francisco Bicudo, mestizo riograndense, quien pierde la vida en el combate junto a otros 30 milicianos patriotas. Para el 5 de setiembre los invasores ya están en posesión de la Fortaleza de Santa Teresa y el 14 de octubre ocupan la ciudad de Maldonado donde establecen su Cuartel General.
Un compendio de malas noticias comienza a llegar a Buenos Aires. A principios de agosto la Junta resuelve el cese de Juan José Castelli y Antonio González Balcarce en la jefatura del Ejército del Alto Perú, designando al propio Presidente Cornelio Saavedra y al diputado tucumano Manuel Molina para sustituirlos. Por otra parte envía en misión a Montevideo al Deán Funes, José Julián Pérez y Juan José Paso, a los efectos de negociar un armisticio con Elío. Con estas ausencias la Junta Grande queda seriamente debilitada para enfrentar las resistencias de la oposición en Buenos Aires, la cual obviamente no desaprovecha la oportunidad.
El golpe de Estado y la instalación del Primer Triunvirato Los acontecimientos se precipitan a partir del 13 de setiembre, poco después de la llegada de Manuel de Sarratea desde Rio de Janeiro, cuando dieciocho vecinos de las “principales familias” plantean al Cabildo una “Petición del Pueblo” para que se convoque a un Congreso general de vecinos “donde los sabios y ancianos de todas las clases de este gran pueblo (de Buenos Aires), traten de restablecer por todos los medios posibles los únicos resortes que puedan poner en movimiento al espíritu público que hoy con tanto dolor vemos paralizado”. Pero el día 16 aparece otra “Petición del Pueblo” solicitando al Cabildo la destitución y prisión del Dr. Campana y de los Alcaldes Tomás Grigera, Domingo Martínez y Andrés Hidalgo. La Junta atemorizada por estos atrevidos ataques separa del cargo al Dr. Campana, y el Cabildo, por su parte, con el apoyo del Comandante de Armas General Francisco Ortiz de Ocampo organiza patrullas de tropas por las calles de la ciudad.
El día 17, el Dr. Campana es secuestrado de su casa por una partida de “Húsares” y llevado a su confinamiento en el Fortín de San Antonio de Areco, hacia donde luego lo acompaña su familia. No hacía falta juicio ni sentencia, simplemente estaba condenado por “la gente distinguida y sana” representada por el Cabildo de Buenos Aires, que nuevamente pasaba por encima de la Junta de Gobierno y de la soberanía de todas las Provincias que estaba depositada en ella.
Ese mismo día un tumulto de gente ingresa al Cabildo manifestando que en vista de la “impotencia del Gobierno” era necesario realizar un Cabildo Abierto de “la parte más sana y distinguida del vecindario” para adoptar las medidas conducentes a “la salvación de la Patria”. El Cabildo Abierto se reúne el día 19 designándose a Feliciano Chiclana, Juan José Paso y Manuel de Sarratea como diputados de Buenos Aires para negociar con la Junta la reorganización del gobierno. El día 23, la Junta promulgaba un decreto por el cual se crea “un Poder Ejecutivo compuesto de tres vocales y tres secretarios… los cuales tomarán el gobierno bajo las reglas o modificaciones que deberá establecer la Corporación o Junta Conservadora, que formarán los señores diputados de los pueblos y provincias, en consorcio con los que eligió esta Capital.”
Obviamente el nuevo Triunvirato estaría integrado por los mismos diputados que eligió la Capital, Sarratea, Paso y Chiclana, secundados por los secretarios Bernardino Rivadavia, José Julián Pérez y Vicente López.
Para esa fecha, el Triunvirato ya había firmado un Armisticio que entregaba al gobierno enemigo de Montevideo la totalidad de la Banda Oriental del Uruguay, a cambio de la promesa de que se retirarían las tropas portuguesas. Los orientales, reunidos en la Panadería de Vidal se resistieron a aceptar este otro hecho consumado sin mediar ningún tipo de consulta, se sintieron traicionados en su deseo de continuar la lucha y decidieron acompañar la retirada de sus milicias bajo la conducción del General José Artigas, marchando juntos en la “Redota” o “Éxodo del Pueblo Oriental” rumbo al Ayuí, dejando tras de sí la tierra arrasada.
“Nada podemos esperar sino de nosotros mismos”, dijo Artigas. La ciudad de Buenos Aires se había convertido, por decisión de sus familias más distinguidas, en una tiranía aun peor que el yugo español del que pretendía liberarse.
Conclusión
Volviendo al principio de esta historia y a la luz de todo los hechos relatados, nos planteamos si no sería razonable suponer (a falta de documentación) que Artigas fue a Buenos Aires en febrero de 1811 buscando negociar con la Junta Grande una garantía que reflejara los intereses y la participación del Pueblo Oriental en el gobierno. No podía ser un diputado provincial, porque la Banda Oriental no había sido aun liberada y mal podía elegir representantes. Pero al menos una garantía, un hombre de confianza en el gobierno, y ese rol recayó en el Dr. Joaquín Campana. Vale dejar constancia que la República Oriental del Uruguay reconoce al Dr. Joaquín Campana como uno de sus conciudadanos meritorios, y en póstumo homenaje, por iniciativa y gestión de sus descendientes argentinos, su nombre figura entre las calles de su ciudad natal San Carlos, y también entre las de Montevideo.

Dos amigos...

por el Licenciado José Luis Muñoz Azpiri (h)
Arturo Germán Frers
(1900-1924)
Héctor Ambrosetti
(1900-1918)
José Babini comenta, acertadamente, que “las primeras ciencias que en la Argentina se organizaron definitivamente fueron las ciencias naturales y la astronomía” Es interesante observar cómo ese desarrollo respondió, en los que a las ciencias naturales respecta, no sólo al desarrollo intrínseco de ese conjunto de disciplinas científicas, sino también a la fuerte impronta ideológica que de ellas de desprendía: la ideología del progreso indefinido que legitimaba los impulsos culturales de la llamada “Generación del Ochenta”. Una Ideología que busca sustentación a través de la biología transformista para consagrar la validación de los intereses políticos, que en Europa, representa una nueva “burguesía conquistadora” al decir de Charles Morazé.
Es que uno de los mitos colectivos más arraigados de la época de 1880, era aquel que otorgaba a la ciencia la categoría de piedra filosofal que liberaría al género humano de las tinieblas de la irracionalidad y el dogmatismo religioso. Dicha convicción – que los acontecimientos de principios del siglo XXI parecería haber desestimado (hambrunas, guerras tribales, fundamentalismo religioso, etc.) fue asumida fervorosamente por los sectores dirigentes que se aprestaban a conmemorar el primer centenario. Así, tanto el Estado como muchos particulares y asociaciones se esforzaron por promover la investigación científica. Holmberg escribe con irrefrenable optimismo: “Nuestra generación es la destinada a dar impulso a la siguiente, porque realizaremos una opinión manifestada por Alberdi hace unos treinta años: “Naturalistas, ingenieros, mecánicos… eso es lo que necesita la República Argentina”. En ese momento histórico, el positivismo había alcanzado una validez universal y sus categorías abarcaban todas las disciplinas. A partir de 1860 las ciencias biológicas ganaron terreno sobre los estudios físicos y matemáticos, porque todo indicaba que los biólogos estaban en posesión de las leyes que regían la vida, así como los sociólogos detentaban los mecanismos que regulaban el organismo social. En ese contexto, de desenfrenado optimismo, de fe profunda en los mecanismos que gobernaban el desarrollo evolutivo que conducía inexorablemente al progreso indefinido, en 1872 se constituye la Sociedad Científica Argentina en el Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, por inspiración de un estudiante: Estanislao S. Zeballos ante la necesidad de “fundar una sociedad que sirviera de centro de unión y de trabajo para las personas que desearan servir al desarrollo de las ciencias y las instituciones”. Este clima favoreció el desarrollo de las personalidades y realizaciones de la década de 1880. José Babini llama “los tres grandes”, a Florentino Ameghino, Francisco P. Moreno y Eduardo Ladislao Holmberg, figuras tutelares de la ciencia argentina y verdaderos pioneros en sus respectivos campos, pero además de estos tres arcontes, hubo muchos otros hombres que impulsaron y difundieron la ciencia argentina. Algunos, de sorprendente precocidad, como Arturo G. Frers y Héctor Ambrosetti.
Holmberg, figura polifacética, fue entre otras labores, el precursor de nuestra literatura fantástica, pero también un activo promotor de revistas científicas como El Naturalista Argentino, la Revista Argentina de Historia Natural y la Revista del Jardín Zoológico, dado que desde 1888 dirigió el Jardín Zoológico, de quien fue primer director. Holmberg era médico, aunque nunca ejerció como tal, pero incursionó con competencia en temas relacionados con mineralogía, botánica y zoología. Sus iniciativas editoriales se reconocen como el antecedente directo de Physis, órgano científico de la Asociación Argentina de Ciencias Naturales, nacida a principios del siglo XX y que continúa hasta nuestros días. Babini recuerda una particularidad del naturalista: su sentido del humor. En 1915, al retirarse de la docencia, se le tributó un brillante homenaje. Rodeado de las personalidades más encumbradas del país, Holmberg inició un discurso de agradecimiento con estas palabras: “Más feliz que el emperador Carlos V, escucho de pie mis honras fúnebres sin que ningún tornillo flojo las haya decretado…”, cabe apuntar que sus actividades relacionadas con las ciencias naturales no le impidieron ser también un excelente traductor de Dickens, Wells y Conan Doyle. Pero fue, ante todo, un formador de discípulos, a quienes atraía por su erudición y su formidable imaginación que cautivó, entre otros, a su sobrino Héctor Ambrosetti y su amigo Arturo G. Frers.
Este último, nacido en el albor del siglo XX, fue un precoz entomólogo capaz de permanecer inmóvil durante horas trepado en la rama de un árbol o echado cuerpo a tierra observando un insecto pese a padecer, más teniendo en cuenta la época, un difícil mal: la epilepsia. Pese a ello completó con esfuerzo su bachillerato, adquirió el dominio del francés, alemán y latín y emprendió sus incursiones en el campo de la botánica y la zoología con el entusiasta apoyo de su familia. Su madre, Lucía Lynch de Frers era prima de los hermanos Félix y Enrique Arribálzaga, quienes junto a Holmberg formaron un trío de mosqueteros que cruzaron aceros con el intransigente prusiano Burmeister, que no veía con buenos ojos los aires de renovación que portaban los jóvenes investigadores. Desgraciadamente, señala Néstor J. Cazzaniga (*), Félix Lynch Arribálzaga, el primer entomólogo argentino, especialista en mosquitos y otros dípteros, se había suicidado en 1894; pero su íntimo amigo Eduardo Holmberg, contribuyó con su experiencia al novel naturalista. Había escrito en 1905 un librito de lectura aún imprescindible: El joven coleccionista de historia natural de la República Argentina. Una suerte de guía práctica para recolectar piezas y organizarlas en colecciones y la forma de estudiar científicamente la diversidad de plantas, animales y rocas, que seguramente contribuyó a la formación de Frers, a tal punto que, a los 14 años, se asoció a la Sociedad Physis – hoy la Asociación Argentina de Ciencias naturales – fundada dos años antes.
El 15 de julio de 1916, cuando apenas tenía 16 años, los principales naturalistas del país lo convocaron para que comunicara sus investigaciones, referidas a las variaciones de color que presenta un cascarudo (el crisomélido Lema orbignyi). Aparecen publicadas en tres páginas del número 12 de Physis. Ese mismo año se funda en Buenos Aires la Sociedad Ornitológica del Plata con la presencia de distinguidos estudiosos, entre los que se encuentra otro jovencito, Héctor T. Ambrosetti inclinado al estudio de las aves, que es distinguido como integrante de la comisión directiva. Frers continúa dedicado a los insectos y en 1917 describe observaciones de campo sobre unas avispitas que parasitan a otras avispas, resultando la identificación de dos especies nuevas, una de las cuales (Coelothorax frersi) es bautizada en su honor. Ese mismo año describió a la hembra de un arácnido del que sólo eran conocidas hasta ese momento las características del macho. A partir de ese momento la continuidad de publicaciones en Physis se hace permanente. Dice Cazzaniga: “En 1918 aparece publicado su estudio sobre la metamorfosis de un coleóptero doméstico, habitante de los troncos caídos y comedor de madera, y también una investigación sobre la nidificación y metamorfosis de una avispa procedente de la estancia de su padre ubicada en San Pedro, que confirma datos suyos de un trabajo del año anterior. Tanto las descripciones como las ilustraciones – que, en general, están firmadas con sus iniciales – demuestran un perfeccionamiento técnico y una particular capacidad para l dibujo”.
Pero el 12 de diciembre de 1918 fue una fecha desgraciada para Frers, su amigo y compañero de aficiones fallecía de cáncer. Era estudiante de medicina y tenía 18 años, la misma edad de Arturo, con quien compartía trabajos de campo. Fue un golpe demoledor, perdía no solo un camarada, sino al único colega de su edad. Éste era hijo del padre de la antropología argentina, “el Schliemann de Tilcara”, que también había fallecido un año antes y que en su juventud, a su vez, había compartido afanes de naturalista. A los 16 años, Héctor había firmado el acta fundacional de la principal Asociación argentina dedicada al estudio de las aves y había reunido una gran colección de pieles de pájaros, con más de 1.500 ejemplares de 350 especies. Esta y su biblioteca, con 115 libros y 440 folletos y revistas científicas fueron donadas por su madre, quien a partir de ese momento dedicó su vida a los enfermos oncológicos. Como homenaje póstumo, El Hornero publicó un trabajo en el que se compilan observaciones sobre aves rapaces, entre ellas, las que realizó en el campo de su amigo en San Pedro. Para Holmberg, la muerte de su sobrino, “fue un golpe sin consuelo, Héctor representaba una ilusión, pues surgían en ese cerebro de 18 años los mismos gustos y una tendencia manifiesta hacia la continuidad” asevera un autor.
Arturo estudió la metamorfosis de distintos coleópteros (cascarudos, vaquitas, etc.). Sus trabajos sobre este tema aparecieron en 1919, 1922, 1923 y 1925; aunque también publicó otra nota sobre biología de avispas en 1921.
En uno de esos trabajos, resumió las características de 75 variedades morfológicas de Lema dorsalis, utilizando un novedoso método de comparación gráfica de las que podrían haberse tomado como especies diferentes. Sin embargo, por observarlas en vivo, Frers sabía que cada una de esas variaciones individuales, no merecía diferenciarse con un nombre propio, lo que habría significado la creación de un sistema clasificatorio artificial. A los 24 años murió ahogado en el Tigre, víctima de un ataque de epilepsia, al caer del bote en el que había salido a remar solo. Al igual que su mejor amigo, las Moiras de los griegos decidieron ejecutar un fin cruel. Todavía sentimos sus ausencias.
(*)Cazzaniga, Néstor J. “Los bichos de Arturo Frers, su familia y sus amigos”. En: “Todo es Historia” Nº 301. Agosto 1992